Un estudio reciente resalta que la experiencia de Quito demostró que es factible poder practicar la agricultura intensiva en un ambiente urbano’, señala un estudio.
Esa consideración fue emitida una vez que Peña recorrió varios huertos urbanos que existen en el Distrito Metropolitano de Quito. El informe de FAO destaca el desarrollo de ese tipo de agricultura y fomenta que en los gobiernos nacionales y locales se impulsen iniciativas de apoyo para aprovechar todo el potencial agrícola de determinada ciudad.
La agricultura urbana es una actividad integradora que incrementa la biodiversidad urbana, innova la gestión ambiental, mejora los ingresos, e igualmente genera empleo y ahorro por el consumo de la producción propia para sus participantes.
Paralelamente, esa práctica expande el acceso, la disponibilidad y la estabilidad de alimentos sanos para el consumo familiar y de la población en general, a través de la aplicación de técnicas de producción limpias que protegen el medio ambiente de la ciudad por el reciclaje y reutilización de materiales. Asimismo, la agricultura urbana respeta los saberes ancestrales y brinda una opción de vida para sus ejecutores, por su enfoque de equidad e inclusión social.
Una parte del informe de la FAO indica que “la experiencia de Quito ha demostrado que es posible practicar la agricultura intensiva en un ambiente urbano, y que ello ayuda a reducir la malnutrición en los hogares pobres, reforzar la seguridad alimentaria en los hogares y genera empleo e ingresos”.