El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación clausuró las jaulas de leones, tigres, elefantes y guacamayos del cuestionado zoológico de Luján, dado que los visitantes podían ingresar a los recintos para tocar a los animales, algo que prohíben las leyes provinciales.
El Cuerpo Especializado de Fiscalización y Control Ambiental (CEFCA) del ministerio fue quien llevó a cabo el procedimiento motivado por “unas 600 situaciones que dan cuenta de transgresiones a la clausura preventiva efectuada a mediados del año pasado”.
Del operativo en el que se reemplazaron los precintos de clausura también participaron autoridades de la Municipalidad de Luján y personal de la Defensoría del Pueblo, que viene siguiendo de cerca el tema, y de la Policía Ecológica, ambos de la provincia de Buenos Aires.
Sergio Federovisky, secretario de Control y Monitoreo Ambiental, afirmó que la gestión de la que forma parte “tiene tolerancia cero con la violación de la Ley 12.238, de la provincia, que establece la prohibición de contacto de los visitantes con los animales de la fauna silvestre en los zoológicos“.
En paralelo, se le solicitó al zoo que cese de manera urgente la publicidad que fomenta el contacto con animales y se le pidió realizar algunas reformas que aseguren un buen manejo de la fauna y eviten el ingreso de visitantes a los recintos.
En rigor, en un relevamiento realizado en julio de 2019 ya se había detectado que personas del público ingresaban a las jaulas con tigres y leones y se habían detectado irregularidades en las declaraciones juradas presentadas ante la entonces Secretaría de Ambiente.
A principios de febrero el intendente de Luján, Leonardo Boto, y el Defensor del pueblo Bonaerense, Guido Lorenzino, se reunieron con el dueño del lugar y le reclamaron la reconversión “urgente” o en su defecto el cierre definitivo.