AeroShark, la lámina inspirada en la piel de tiburón que reduce el consumo de combustible de los aviones

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Los aviones cero emisiones están todavía muy lejos, pero Lufthansa y BASF han desarrollado una forma de mejorar las cosas de forma inmediata. AeroShark es una lámina adhesiva de piel de tiburón que reduce inmediatamente el consumo de combustible, y por tanto las emisiones, de cualquier avión.

Millones de años de evolución alejaron a los depredadores más temidos del océano de una piel perfectamente lisa. En su lugar, los tiburones tienen una piel ligeramente estriada, que reduce la resistencia lo suficiente como para convertirse en una ventaja. Lo que funciona en hidrodinámica suele trasladarse bien a la aerodinámica, por lo que el equipo de AeroShark pasó a emular la textura del exterior de los grandes aviones.

La lámina resultante no parece una diferencia radical; los millones de «riblets» en forma de prisma de la superficie de la película AeroShark no tienen más de 50 micrómetros (1/20 de milímetro). La aerolínea Swiss ha calculado que si se aplican 950 metros cuadrados de esta película a un Boeing 777, en patrones específicos y alineados con el flujo de aire alrededor de las superficies del fuselaje y la nariz del motor, la reducción de la resistencia aerodinámica disminuye inmediatamente el consumo de combustible en un 1,1%.

Por ello, Swiss está instalando AeroShark en sus 12 aviones 777, con lo que, según dice, ahorrará la friolera de 4.800 toneladas de combustible al año y reducirá las emisiones de CO2 en unas 15.200 toneladas.

Lufthansa ya había anunciado que lo implantaría también en toda su flota de carga, es decir, en otros 10 Boeing 777, lo que supone un ahorro de 3.700 toneladas de combustible para aviones y 11.700 toneladas de emisiones de CO2 al año.

El equipo de AeroShark dice que es probable que sea un poco más eficaz en los aviones de carga que no tienen filas de ventanas para trabajar.

El equipo afirma que es fácil de aplicar y muy resistente a la radiación UV, el agua, el aceite y los grandes cambios de temperatura y presión que se producen en el exterior de los aviones de largo recorrido. Ya se ha probado con más de 1.500 horas de vuelo, en un Boeing 747-400, una modificación que fue certificada por la EASA. Aplicarlo a las superficies de las alas también puede ayudar a generar una elevación extra.

Lufthansa Technic y BASF están trabajando para seguir desarrollando la tecnología y lanzar aplicaciones para otros tipos de aeronaves, y el equipo afirma que esta película inspirada en la piel de tiburón podría llegar a reducir el consumo de combustible y las emisiones hasta un 3%.

Está claro que este tipo de tecnología de reducción de la resistencia aerodinámica también tendrá importancia más allá de la era actual de los vuelos con queroseno.

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