Islandia tiene entre manos uno de los proyectos energéticos más ambiciosos del mundo: conseguir energía ilimitada.
Parece una utopía, pero es una realidad. Consiste en llevar el concepto de energía geotérmica más allá con un túnel que lleva a una cámara de magma volcánico. Los volcanes son una de las fuentes de energía más potentes de la Tierra, pero aún no se han aprovechado demasiado.
Islandia está dispuesta a marcar la diferencia. Pretende convertir un elemento geológico que comúnmente asociamos con desastres naturales en una fuente de energía ilimitada.
Su objetivo es hacerlo en el Krafla, entre los volcanes más activos del mundo ubicado en la frontera tectónica de la dorsal Mesoatlántica, que cruza la isla. El proyecto Krafla Magma Testbed (KMT) ha sido tramado por el Geothermal Research Cluster (GEORG) de Reikiavik, por Hjalti Páll Ingólfson y Björn Þór Guðmundsson. Ambos forman parte de una organización involucrada en la perforación de miles de pozos en toda Islandia. Su objetivo es extraer energía geotérmica, pero los profesionales quieren dar un paso más.
Quieren perforar un túnel en el volcán Krafla en 2026 que permitirá llegar a su cámara de magna, llegando a la energía renovable ilimitada. Allí las temperaturas pueden llegar a los 1.300 grados y puede hallarse agua supercrítica.
¿Es posible llegar a la energía ilimitada?
Pero alcanzar una energía ilimitada no es cuestión de trazar un camino y seguirlo. Hay mucho más. Los retos a superar para alcanzar el objetivo son grandes. Krafla es un volcán con mucha actividad y una cámara magmática que está a no más de tres kilómetros de la superficie. Aunque no es mucha distancia, las condiciones son extremas y esto hace necesario el uso de materiales y herramientas capaces resistentes ante semejantes temperaturas.
Casualmente, en 2009, una planta geotérmica irlandesa perforó por accidente la cámara magmática del volcán Krafla. Este fallo permitió el acceso a información valiosa sobre el volcán, como que dicha perforación no provocó su erupción. El proyecto KTM es ambicioso y arriesgado, pero los científicos esperan que sea un gran avance para una forma de vida más sostenible. Desean que sirva para estudiar el magma de manera más precisa, obteniendo una mejor monitorización y predicción de las erupciones volcánicas.
¿Qué es el magma?
El magma volcánico tiene un papel fundamental en este proyecto que, de salir bien, será la senda hacia una energía ilimitada. Está compuesto por una combinación de rocas fundidas, gases, agua y otros elementos.
Se encuentra instalado en el interior de la tierra y su formación llega a ser por la fusión parcial de rocas en el manto terrestre debido a las altas temperaturas y presiones presentes. Su composición principal está hecha de silicatos, óxidos metálicos, agua y gases disueltos (vapor de agua, dióxido de carbono y otros compuestos volátiles).
La composición del magma puede cambiar de acuerdo a su situación geográfica y las condiciones climáticas. Cuando el magma asciende a la superficie pueden ocasionarse erupciones volcánicas y pasa a llamarse lava. A su vez, las erupciones volcánicas pueden ser diferentes, desde explosivas hasta más fluidas, y la viscosidad del magma es vital en este proceso.
¿Qué es la energía geotérmica?
La energía geotérmica es aprovecharse del “superpoder” más oculto de la Tierra. En la zona más profunda de la Tierra se calienta agua que se convierte en vapor.
Los expertos han conseguido que ese vapor caliente haga funcionar turbinas que convierten el valor en electricidad. Es un tipo de energía que está ahí esperando para ser explotada. La iniciativa KMT promete significativos avances científicos, más allá de su potencial energético. Con energía ilimitada nuestra vida podría cambiar de forma considerable.
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