Desde las turbulentas aguas de Australia, nos llega un ejemplo claro de su enorme capacidad para generar electricidad, una instalación que lleva ya un año suministrando energía a hogares del país y alcanza una interesante tasa de conversión del 48%.
El dispositivo se sitúa frente a la costa de King Island y se ha encargado de fabricarlo Wave Swell Energy. La unidad, de 12 millones de dólares y 200 kW, se construyó en Launceston y se probó en el Australian Maritime College. Una vez listo, en 2021 se remolcó a King Island e instaló en las aguas de Grassy Harbour. Desde entonces se ha probado en diferentes condiciones climáticas.
“El siguiente paso, avanzar y comercializar”
“Hemos operado la unidad y ha sobrevivido durante los últimos 12 meses en las duras condiciones del Estrecho de Bass y… hemos logrado los objetivos que nos propusimos”, explica a la cadena ABC Paul Greason, de Wave Swell Energy. La compañía calcula que en las condiciones adecuadas, UniWave200 generaría suficiente energía para abastecer a unos 200 hogares.
La plataforma de pruebas se ha situado en las aguas que separan el continente australiano del estado insular de Tasmania y allí, precisa New Atlas, ha estado aportando energía limpia a la micro red de la isla 24 horas al día durante 12 meses. El experimento, defiende la empresa, no busca tanto generar grandes cantidades de electricidad como probas la capacidad de la tecnología. El dispositivo de King Island permanecerá por lo pronto en el mismo lugar hasta finales de este año.
“Está proporcionando energía a la isla, es renovable y es un método que podría usarse en otros lugares”, comenta Stephanie Thornton, de la compañía Australian Ocean Energy Group.
Uno de los datos en los que más incide la empresa es la eficiencia del sistema, su capacidad para aprovechar las olas. “En promedio, hemos podido lograr tasas de conversión del 48%, por lo que el 48% de la energía que llega, en la ola, se exporta a la red de King Island”, comenta Paul Geason, directivo de Wave Swell Energy, antes de señalar que la tasa resulta “muy alentadora”.
“La tasa es más alta que otras tecnologías de energía renovable”, señala: “ahora nos encontramos en una posición en la que hemos probado la tecnología y el siguiente paso es avanzar, comercializar y ver cómo se generaliza como parte de la combinación de renovables. Es una mejora con respecto a los dispositivos previos y muestra que ha llegado el momento de que la energía de las olas se siente junto con el almacenamiento de la eólica, solar y como parte de una combinación moderna”.
El dispositivo flotante de UniWave puede remolcarse a cualquier punto de la costa, se conecta a la red local y aprovecha el vaivén de las olas gracias a una cámara. Los cambios de presión en el aire impulsan la turbina y generan energía. Durante el proceso, el oleaje presuriza el aire y genera vacío.
El sistema, argumentan sus creadores, resulta más eficaz que los dispositivos que solo utilizan la energía de la superficie o el fondo. Otra de las claves que explican el sistema es la generación unidireccional, que permite la fabricación de turbinas más sencillas, duraderas y baratas.
Gracias a su diseño el dispositivo puede incorporarse además en rompeolas y malecones, donde además de generar energía verde puede ayudar a paliar la erosión de la costa.
En España el sector también se ha fijado en el potencial de la energía undimotriz. En primavera la compañía Eco Wave Power, por ejemplo, anunció una planta pionera en Port Adriano, Mallorca para obtener energía a partir de las olas y que aspira a suministrar energía a 400 hogares. Hace años ya se puso en marcha una planta en Gipuzkoa (Mutriku) y se plantea otra para Valencia.