Evitar la contaminación del embalse por residuos orgánicos para preservar la eficiencia generadora de la central es el objetivo primordial de Itaipú, cuyo principal programa socioambiental, Cultivando Agua Buena, comprende 65 acciones de protección de la cuenca del río Paraná III, el área afectada por la represa del lado brasileño, en el oeste del estado de Paraná.
El biogás, que se obtiene a partir de excrementos animales, cumple esa función de saneamiento. Pero también reduce la emisión de gases de efecto invernadero y suma una fuente de ingresos para los agricultores locales, resume Cícero Bley, superintendente de Energías Renovables de Itaipú Binacional, en diálogo con Tierramérica.
Hace más de un año está todo listo para generar electricidad en la microcentral termoeléctrica de biogás, construida con donaciones de Itaipú en terreno cedido por la alcaldía del municipio Marechal Cândido Rondon. La venta de electricidad representará ingresos adicionales.
La microcentral ya cuenta con insumos de los biodigestores familiares conectados por tuberías, pero su operación espera una decisión de la Compañía Paranaense de Energía (Copel), empresa pública y estadual que compraría la electricidad para distribución.
Pero el “pulmón”, un gran balón de plástico que almacena el biogás en la microcentral, ya tiene agujeros, denunciados por el mal olor. Será necesario sustituirlo por uno más resistente y más grande.
Además, habría que instalar 1.200 metros de tuberías y asegurar un abastecimiento regular con existencias de reserva. Las inversiones indispensables superan la capacidad de la cooperativa, reconoce Vargas.
Los técnicos de Itaipú estiman que los cooperativistas poseen un rebaño de 1.000 vacunos y 3.000 porcinos, lo que implica 15.800 metros cúbicos de excremento al año que pueden generar 266.600 metros cúbicos de biogás y 445.000 kilovatios/hora de electricidad, suficiente para abastecer 2.200 residencias.
La experiencia podría diseminarse en el mismo oeste de Paraná, donde 80 por ciento de las propiedades rurales tienen menos de 50 hectáreas, hay 26.000 agricultores familiares y una gran producción agroindustrial de bovinos, suinos y aves, señala Bley, un agrónomo y reconocido experto en energías alternativas.