La piscina de una escuela primaria japonesa se convierte una central solar. Gobiernos y ayuntamientos buscan soluciones de energía renovable para reducir sus emisiones contaminantes al tiempo que responden al aumento de las necesidades eléctricas.
La energía solar flotante se considera ahora como el tercer pilar de la industria solar gracias al número de aplicaciones posibles, casi ilimitadas.
Embalses de riego, presas hidroeléctricas, superficies de tratamiento de agua o depósitos de agua potable, lagos de canteras, etc., son buenos ejemplos de aplicaciones para la fotovoltaica flotante y así poder aprovechar la sinergia entre el sol y el agua.
Esta gran variedad de emplazamientos hace que la energía solar flotante sea una gran solución para ampliar las energías renovables y satisfacer las necesidades energéticas.
La empresa Ciel & Terre se encarga de convertir una zona no utilizada en un campo de energía verde.
El equipo de Ciel & Terre Japón ha aceptado el reto de transformar piscinas de escuelas primarias sin usar en centrales solares flotantes.
En Japón, algunas escuelas ya no usan las piscinas. Incluso en el caso de las escuelas en funcionamiento, los alumnos ya no utilizan las piscinas exteriores existentes debido a su deterioro y ahora prefieren las piscinas cubiertas.
El reto de las escuelas ahora es encontrar un nuevo uso para las piscinas y sus instalaciones, ya que el coste del desmantelamiento es caro. Por eso, cuando hay una piscina sin utilizar y no hay planes de desmantelarla a largo plazo, la superficie del agua se convierte en algo muy adecuado para las instalaciones solares flotantes.
El objetivo de convertir las piscinas en productoras de energía es contribuir a la Comunidad utilizando los activos e instalaciones locales existentes. Como las ciudades japonesas buscaban una buena forma de reutilizar estas piscinas, ELM, un promotor local y EPC, tuvo la disruptiva idea de convertirlas en una planta solar flotante.
El primer proyecto de Ciel & Terre Japan ha sido en la escuela primaria de Hirakawa (Satsuma, Kagoshima, Japón). Era la primera vez que se usaba una parte de un centro educativo como central eléctrica.
“Las ventajas de instalar energía solar flotante en una piscina es que podemos reutilizar las instalaciones existentes de la piscina, como las vallas que la rodean y los vestuarios para la zona de almacenamiento. Además, no es necesario excavar el terreno debido a que el lado de la piscina es de hormigón”, dice Saori McMahon, promotor de Ciel & Terre Sales y director del proyecto.
Para Ciel & Terre Japón, el principal reto de estas pequeñas plantas de FPV es minimizar los costes del sistema y del transporte. Hasta ahora, estas microcentrales sólo se instalarán en las escuelas primarias y secundarias. Se ha calculado que aproximadamente 6.000 escuelas pueden optar a los posibles emplazamientos de FPV en el país.