El sector de energías renovables teme perder 1.000 empleos tras el cierre del plan piloto del ICE, que inyectó en la red de distribución 10 megavatios (MW) de energía solar.
El plan piloto fue promovido por el Instituto Costarricense de Electricidad para evaluar el impacto de esta fuente en la red del Sistema Eléctrico Nacional y arrancó en octubre del 2010, con 5 MW y dos años de plazo. Apenas en el 2012 empezaron a llegar los interesados, y, luego de estudiar los resultados, el Instituto amplió el plan por tres años y aumentó la potencia hasta 10 MW.
El año pasado, solo la industria solar generó más de 600 empleos. Si a esta se suman las otras tecnologías renovables, la generación distribuida crea más de 1.000 empleos directos e indirectos.
Luis Pacheco, gerente de Electricidad del ICE, explicó que el plan cesó el 6 de febrero. Ante tales circunstancias, el futuro de la generación distribuida quedará ahora en manos de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos.