Según el sitio web Our World in Data, Chile lidera el ranking mundial de países con mayor consumo de energía solar. Además de captarla, el informe resalta que el país trasandino genera electricidad de manera eficiente.
Por encima de las grandes potencias y las naciones que son vanguardia en términos de cuidado del ambiente, el país presidido por Gabriel Boric utiliza alrededor del 8 por ciento de energía solar para la generación total de electricidad. Esta marca se ubica por encima de Australia, Corea del Sur e Israel, y le saca más de cinco puntos porcentuales al resto de los países de América. Junto con la energía eólica, el gobierno chileno informó que en 2022 superaron al carbón en la producción de electricidad.
La noticia no llega por sorpresa, sino que hace años Chile viene apostando al cambio de matriz energética y durante el gobierno de Boric esa política se profundizó a través del ministerio de Energía, del ministerio del Medio Ambiente y diversas iniciativas como el Plan Nacional de Eficiencia Energética, el Plan de Descarbonización, la Ley Marco del Cambio Climático, y el Comité de Carbono Neutralidad y Resiliencia presentado a fines de marzo.
De hecho, a principios de marzo el presidente chileno inauguró la Planta Fotovoltaica de energías limpias “Gran Teno” en la Región del Maule, que cuenta con más de 367 mil paneles solares y generará electricidad equivalente al consumo de 136 mil hogares. Esta obra evitará la emisión de 147 mil toneladas de dióxido de carbono al año.
A su vez, en la Región de Antofagasta, el parque BESS Coya de Enyie (el mayor parque de baterías de América Latina) inició su operación comercial y permitirá almacenar energía renovable y suministrar energía limpia equivalente al consumo de 100 mil hogares.
La diferencia es política
Mientras que el 7,59 por ciento de la energía que consumió Chile en 2022 provino de la energía solar, en Argentina el porcentaje fue del 0,77. Fernando Alvira, integrante del Laboratorio de Simulación, Control Automático, Biofotónica y Nanotecnología de la Universidad Nacional de Quilmes, explica que la diferencia entre ambos países no es técnica, ya que los dos presentan similitudes geográficas que les permiten aprovechar la potencia del sol.
“A Argentina le llega una buena cantidad de energía proveniente del sol y lo importante es que tiene regiones sin nubosidad, que es el otro parámetro a tener en cuenta. Al haber mayor cantidad de nubes, las celdas solares producen con menor eficiencia porque llega menos energía”, explica el investigador en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.
“Se sabe que el carbón genera efecto invernadero y eso produce los problemas climáticos que estamos sufriendo hoy en día. Los grandes responsables son la generación de electricidad y el parque automotor. Entonces, lo que se busca es descarbonizar eso por todos los medios posibles. Sin embargo, tenemos un gobierno que es negacionista del cambio climático”, subraya Alvira.
En este sentido, el científico de la UNQ agrega que el cambio de matriz energética debe provenir del Estado ya que de esa función no se encargarán los privados. “Tiene que estar la mano del Estado atrás como lo estuvo en la creación del Parque Solar Cauchari, que se puso en marcha en 2020. Incluso durante la gestión de Mauricio Macri se impulsaron parques eólicos”, destaca Alvira, quien además es investigador del Conicet.
El futuro llegó
Las energías renovables no son una moda, sino que son fundamentales para avanzar en la tendencia mundial de descarbonizar. “Toda producción de energía que se haga a partir de quemar algún tipo de combustible que puede ser líquido, gas o carbón, va a generar gases de efecto invernadero. Lo que provoca esto es el cambio climático a través del aumento de la temperatura, el aumento del nivel del mar y el cambio en los patrones de lluvia, entre otras cosas”, afirma el especialista.
Según un informe de la ONU, la energía provista por fuentes no renovables constituye el principal factor del calentamiento global y representa alrededor del 60 por ciento de todas las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. En este aspecto, en la última cumbre climática celebrada en diciembre de 2023, se logró un acuerdo que insta a los casi 200 países que conformaron la COP28 a abandonar los combustibles fósiles para alcanzar el cero neto mundial para 2050, triplicar las energías renovables y duplicar la eficiencia energética hacia 2030.
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