Investigadores de Corea del Sur han desarrollado una tecnología revolucionaria que mejora drásticamente la velocidad de carga de las baterías de litio-azufre, reduciéndola a solo 12 minutos.
Este avance podría tener un impacto significativo en la tecnología de almacenamiento de energía y en la industria de vehículos eléctricos.
Avances en la tecnología de baterías
El equipo de investigación utilizó un nuevo material de carbono poroso dopado con nitrógeno para resolver el problema de la baja velocidad de carga que ha impedido la comercialización de las baterías de litio-azufre.
A diferencia de las baterías de iones de litio, las baterías de flujo redox creadas con este nuevo material utilizan una reacción química para mover la energía entre los electrolitos, permitiendo una carga más eficiente.
Beneficios y aplicaciones futuras
Aunque las baterías de flujo redox no son tan eficientes para el almacenamiento de energía a pequeña escala, como en coches o smartphones, son ideales para el almacenamiento a gran escala en redes eléctricas, particularmente para energía eólica y solar.
Emily Mahoney, primera autora del estudio, destacó que la molécula derivada de residuos puede alcanzar una alta densidad energética y estabilidad, algo difícil de lograr simultáneamente en tecnologías de baterías.
Este avance se produce en un momento crítico en el que la demanda de metales como el litio y el cobalto está aumentando. Christian Malapit, autor principal del estudio, subrayó el potencial de transformar residuos industriales en recursos valiosos, ofreciendo una alternativa sostenible a la minería intensiva.
Con esta tecnología, las baterías de litio-azufre podrían revolucionar el almacenamiento de energía renovable, abordando tanto la eliminación segura de residuos industriales como la necesidad de soluciones energéticas más sostenibles.
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