La automoción no es el único sector embarcado en la transición hacia un modelo más respetuoso con el medio ambiente. Esfuerzo similar se aprecia en la industria aeronáutica y marítima, que a lo largo de los últimos años ha apostado por la carga eléctrica, la propulsión híbrida, el hidrógeno o incluso fórmulas más imaginativas, como grandes cometas que aprovechan la energía eólica.
Con ese telón de fondo ACUA Ocean, firma británica, ha diseñado H-USV, una peculiar plataforma marítima que destaca por su sistema de propulsión, diseño y operativa. La compañía asegura que será la primera plataforma de superficie marítima autónoma propulsada por hidrógeno.
En sus tanques transporta 6.000 litros de hidrógeno líquido que le permiten reducir en un 99% las emisiones de CO2 durante las operaciones. Otras ventajas, recalca la empresa, es que requiere un mantenimiento reducido. En cuanto a los aspectos técnicos, el H-USV es capaz de transportar una carga útil de 4.500 kg y viajar entre 40 y 60 días a cuatro nudos sin repostar.
Novedoso… y versátil
“Entendemos que el tiempo para ir al puerto es una pérdida de tiempo y de ingresos —destaca la compañía británica—. Los ACUA Ocean MASS están diseñados para durar hasta 40-60 días en alta mar a 4 nudos, y con nuestro sistema de monitorización y sistema operativo podemos reducir enormemente el tiempo de cambio de la tripulación y el mantenimiento del equipo”.
Además de impulsarse con hidrógeno, el H-USV es autónomo e incorpora un sistema de control las 24 horas los siete días de la semana. “Nuestro buque tiene menores requisitos de reabastecimiento de combustible en comparación con las soluciones tripuladas existentes, sin sacrificar la potencia”.
“Esto permite un mayor alcance, velocidad y resistencia”, reivindica la compañía. A bordo la plataforma incorpora sensores y echa mano de la inteligencia artificial (IA) para el análisis de datos, la detección de amenazas y anomalías y la toma de decisiones. La embarcación podría aprovecharse para diferentes usos, como la monitorización, la recogida de datos sobre el entorno o seguridad.
La embarcación se clasifica como MASS (Maritime Autonomous Surface Ship), un concepto con el que los expertos de la International Maritime Organization (IMO) se refieren a los “buques que, en diversos grados, pueden operar independientemente de la interacción humana”.
El diseño de la estructura es de John Kecsmar, del estudio Ad Hoc Marine Designs. El objetivo es que las pruebas de aceptación puedan desarrollarse en 2023 y las primeras embarcaciones sin tripulación e impulsadas por hidrógeno, se desplieguen ya a lo largo de 2025.
Pasos va dando hacia esa meta. Hace poco ACUA Ocean lograba un objetivo clave para su futuro: Lloyd´s Register le daba su AiP, una aprobación que le permite impulsar el sistema de hidrógeno, control y distribución de energía. Sus desarrollos ya han pasado el Factory Acceptance Testing.
“ACUA Ocean ha desarrollado un USV propulsado por hidrógeno (H-USV) para la vigilancia y la gestión de infraestructuras marinas, puertos y áreas protegidas. Nuestro H-USV puede fabricarse a escala, reduciendo los costes de capital en un 30%, lo que permite operaciones rentables que son un 50% más baratas que los buques tripulados durante toda su vida útil”, destaca la compañía.
Además de reducir las emisiones operativas de CO2 “hasta en un 99,3%”, la empresa señala que exigirá menos requisitos de mantenimiento y reabastecimiento que las soluciones tripuladas sin que por ello se vea afectada la potencia. “Esto permite aumentar la autonomía, la velocidad y la resistencia, incrementando las operaciones in situ”, recalca la firma británica.
El objetivo: reducir en no mucho tiempo la huella medioambiental del sector.