Una investigación de la Universidad de Tohoku ha revelado que la combinación de paneles solares en tejados y baterías de vehículos eléctricos (EV) permitiría abastecer el 85% de la demanda eléctrica anual de Japón, logrando además reducir emisiones de CO2.
Este modelo no requiere grandes inversiones en infraestructura externa, ya que aprovecha los techos construidos y el crecimiento del parque automotriz eléctrico.
Desafíos geográficos y solución descentralizada
Japón enfrenta limitaciones topográficas, con un terreno montañoso que restringe la expansión de granjas solares a gran escala.
Sin embargo, dispone de más de 8.000 km² de superficie en tejados y un creciente mercado de vehículos eléctricos, lo que abre la puerta a un modelo descentralizado de generación y almacenamiento energético.
Este sistema, denominado “SolarEV City”, se plantea como una alternativa viable para alcanzar la neutralidad de carbono a nivel nacional.
Resultados del estudio y proyección a 2030
El análisis, que abarcó 1.741 municipalidades, consideró un escenario donde:
- El 70% de los techos cuentan con paneles fotovoltaicos de 20% de eficiencia.
- Los EV emplean baterías de 40 kWh, de las cuales el 50% se destina a la red.
Los resultados demostraron:
- 1.017 TWh generados al año, superando el consumo japonés de 2022.
- Solo con paneles solares, se cubre el 45% de la demanda; con apoyo de EV, la cifra sube al 85%.
- Disminución del 33% en costos energéticos hacia 2030.
Impacto en zonas urbanas y rurales
- Áreas rurales, con techos más amplios, podrían incluso generar excedentes eléctricos.
- Ciudades como Tokio, con menos espacio útil, se beneficiarían del almacenamiento energético en vehículos eléctricos, estabilizando la demanda pico.
El papel de las políticas públicas para reducir emisiones
Para que esta transformación sea efectiva, se requiere:
- Inversión en infraestructura bidireccional (V2H y V2G).
- Apoyo a la integración de baterías en redes inteligentes.
- Concientización ciudadana sobre el modelo de autosuficiencia energética.
- Planes para reducir desigualdades regionales, especialmente en el norte, donde la radiación solar es menor y la pobreza energética más crítica.
Actualmente, existen subsidios para paneles solares y vehículos eléctricos, pero no son suficientes. La infraestructura y normativa deben avanzar al mismo ritmo que la innovación tecnológica.
Un modelo escalable y sostenible
El sistema “PV + EV” no es exclusivo de Japón y podría implementarse en otras naciones con desarrollo urbano y automotriz similar.
Entre sus beneficios destacan:
- Descentralización energética, reduciendo la dependencia de grandes plantas y redes.
- Mayor resiliencia ante cortes de energía o desastres naturales.
- Disminución del uso de combustibles fósiles, incluyendo materiales contaminantes como el amianto en techos antiguos.
- Generación de empleo local en instalación y mantenimiento de tecnologías limpias.
- Impulso a la economía circular energética, donde los hogares producen, almacenan y consumen su propia electricidad.
Este enfoque convierte cada edificio y vehículo en una pieza activa del sistema energético, otorgando mayor independencia a la ciudadanía y acelerando la transición hacia un modelo más limpio, eficiente y equitativo.