Las distintas formas de hidrógeno, identificadas por colores, están vinculadas al origen de la energía necesaria tanto para su extracción como para su separación de otros elementos.
El hidrógeno gris se obtiene a partir de gas y es el más común, pero también el más contaminante. El verde se produce mediante energías renovables y el blanco (a veces también llamado dorado) es el que se encuentra en su estado natural. Este último es precisamente el que ha llamado la atención del Servicio Geológico de Estados Unidos.
En una reciente reunión de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia en Denver, Geoffrey Ellis, del Servicio Geológico de Estados Unidos, afirmó que existen hasta 5,5 billones de toneladas de hidrógeno en depósitos subterráneos en todo el mundo. Esta cantidad sería más que suficiente para satisfacer las demandas de nuestra civilización durante cientos de años.
El hidrógeno se puede generar, pero también se puede extraer
La producción de hidrógeno genera emisiones nocivas para nuestro planeta. Sin embargo, en los últimos años, los geólogos han estado descubriendo reservas naturales de hidrógeno en diversas partes del mundo.
Un inmenso depósito en el subsuelo de Lorena, una región al noreste de Francia podría albergar 6 millones de toneladas de hidrógeno, lo que equivale a más de la mitad de la producción mundial actual de este gas. Este mismo mes, se ha revelado que la mina de cromita de Bulqizë, en Albania, tiene la capacidad de producir más de 200 toneladas de hidrógeno al año.
Desde una perspectiva ambiental, este tipo de hidrógeno tiene ventajas incluso sobre el hidrógeno verde, que se genera mediante la electrólisis del agua utilizando electricidad proveniente de fuentes renovables. Ambas formas de energía, ya sea solar o eólica, no son completamente neutrales en cuanto a las emisiones de CO2, dado que este gas se produce a lo largo de toda su cadena de producción y durante su transporte.
En ocasiones, el hidrógeno blanco puede no encontrarse en su forma pura sino mezclado con otros gases, como el metano, del que debe separarse. Por lo tanto, el proceso de extracción puede liberar metano a la atmósfera. El metano es un gas de efecto invernadero que tiene una potencia 85 veces mayor que el dióxido de carbono en un período de 20 años.
Hidrógeno para siglos
Ellis ha dedicado mucho tiempo a investigar y a redactar un estudio, aún pendiente de publicación, en el que detalla sus sorprendentes hallazgos, aunque advierte de que acceder a este valioso gas puede no ser fácil. “Es probable que la mayor parte del hidrógeno sea inaccesible”, afirma en una entrevista con el Financial Times. “Sin embargo, incluso con un pequeño porcentaje de recuperación, podríamos seguir abasteciendo toda la demanda prevista (500 millones de toneladas al año) durante cientos de años”.
Según explica Ellis, los depósitos de hidrógeno son extraordinarios y podrían haberse formado debido a la interacción entre ciertos minerales ricos en hierro y el agua subterránea. A pesar del inconveniente de tener que separarlo de otros gases como el metano, el científico argumenta que esta forma de obtención de hidrógeno podría ser considerablemente más ecológica que la producción de hidrógeno verde.
Por ahora, las empresas apenas han comenzado a explorar el potencial del hidrógeno blanco, pero, según el Financial Times, las oportunidades son vastas y ya están captando importantes inversiones.
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