En los últimos años, Uruguay experimentó un cambio radical de su matriz energética. Pasó de depender del petróleo y sus derivados a generar la mayor parte de su energía de fuentes renovables.
El balance energético preliminar correspondiente al año pasado y elaborado por la Dirección Nacional de Energía, señaló que en 2015 las fuentes de energía renovables (biomasa y electricidad de origen hidráulico, eólico y solar) tuvieron una participación del 56,5% en la matriz de abastecimiento, mientras que el restante 43,5% correspondió a fuentes no renovables (petróleo y derivados, gas natural, carbón mineral y coque, y electricidad importada).
En la eólica es donde se notan los principales cambios, y dónde se concentra la mayor parte de la actividad.
En diez años, Uruguay pasó casi de no tener experiencia a ser el país con mayor proporción de electricidad generada a partir de energía eólica en América Latina, posicionándose como un referente a nivel mundial.