La marca que nació con el objetivo de generar un vínculo entre la comunidad y el medio ambiente, en donde ya llevan reciclados más de 70 mil kilos de plástico y en parte convertidos en anteojos de sol y lectura. Ahora, anuncia el lanzamiento de su nueva colección BIO BASED, con modelos de anteojos hechos con un material de base biológica, biodegradable y compostable. Con esta incorporación, permite ampliar las opciones a los consumidores y ópticas que priorizan la sustentabilidad en la moda.
Los nuevos modelos de BIO BASED reafirman el compromiso que tiene BOND de concientizar a las personas sobre la importancia del cuidado del medio ambiente, “abrirles los ojos” y mostrarles una nueva forma de ver el mundo.
En ese sentido, la marca continúa trabajando para desarrollar nuevas unidades, siempre siguiendo los valores que movilizaron en sus inicios las ganas de emprender: la sustentabilidad, concientizar y tomar acción ante la problemática medioambiental.
¿Cómo se fabrica un anteojo biodegradable?
Las materias primas que se utilizan para fabricar BIO BASED, son una celulosa vegetal proveniente de fuentes sustentables cuyo cultivo y cosecha se gestionan de acuerdo con las directrices del Consejo de Administración Forestal (FSC, por sus siglas en inglés)- y un plastificante de origen vegetal.
La celulosa es un polímero natural que representa la columna vertebral de todo el reino vegetal, y al reaccionar con anhídrido acético se obtiene este material. Luego, se le agregan plastificantes para mejorar sus características físicas y trabajabilidad. En este caso, el plastificante tradicional se reemplaza por una solución de origen vegetal, logrando un bioplástico con gran de base biológica.
La producción y uso de este tipo de material tiene una doble ventaja: por un lado, se reduce el uso de combustibles fósiles limitados (petróleo), por otro lado, se disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero que tanto influyen en la aceleración del cambio climático.
Según la Organización Internacional para la Estandarización, el término biodegradable se utiliza para definir cualquier material que puede descomponerse por los microorganismos, la luz solar y otros agentes físicos ambientales, en compuestos químicos simples como agua, dióxido de carbono y metano. En el caso de este material, el nivel de biodegradación supera el 90% después de 115 días de incubación.
Además, este material cumple con los requisitos establecidos por la norma ISO 17088: 2012, donde se define como compostable a cualquier material que no solo sea biodegradable, sino que también se desintegre y cuyo proceso dure menos de 3 meses.
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