El periodo estival trae consigo las esperadas parrillas, pero la creciente preocupación por el impacto ambiental del carbón impulsó el desarrollo de una alternativa pionera: la parrilla solar. Históricamente limitadas al uso diurno, una invención proveniente del MIT podría cambiar radicalmente esta dinámica.
El modelo solar, bautizado como «Wilson», no solo captura la energía solar, sino que también la almacena. Gracias a un substrato especial de nitrato de litio, puede retener esta energía para su uso posterior. Esto significa que, incluso durante la noche o en días nublados, siempre y cuando la parrilla haya sido expuesta previamente al sol, podrá funcionar perfectamente.
Con la capacidad de almacenar calor durante 25 horas, ofrece 6 horas de cocción continua a unos 250°C, incluso después de que el sol se haya puesto.
El cerebro detrás de esta tecnología es David Wilson, profesor de ingeniería mecánica en el MIT. Al pensar especialmente en aquellos países donde la cocción se realiza principalmente a fuego de madera, su invención abre la puerta a alternativas más sostenibles.
La parrilla solar Wilson utiliza una lente de Fresnel para concentrar la energía solar, fundiendo el nitrato de litio, que luego actúa como una batería térmica.
Más que una parrilla
Durante una visita a Nigeria, el profesor Wilson observó cómo la cocción a fuego de madera no solo contribuye a la deforestación, sino que también provoca problemas respiratorios debido al humo. Esta realidad inspiró la creación de la parrilla solar con calor latente, buscando no solo proteger el medio ambiente, sino también mejorar la salud de los usuarios.
Aunque aún se encuentra en fase de desarrollo, esta innovación promete ser un cambio radical en la forma en que entendemos las parrillas, combinando eficiencia, sostenibilidad y salud.
Las parrillas o grills de leña, astillas, carbón o propano contribuyen a la mala calidad del aire. Ahora, tenemos una alternativa para sustituirlas. Esta invención también representa una gran solución para aquellas personas en países en desarrollo que dependen de la leña para cocinar sus alimentos.
La cocina de leña no solo conduce a enfermedades respiratorias, sino que también incrementa la tasa de deforestación.
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