La innovación vegana ha encontrado en un subproducto derivado de la producción cervecera un valioso conjunto de sustancias químicas aprovechables, incluidas proteínas.
Gran parte del grano residual generado por las cervecerías, cerca del 70%, se reutiliza actualmente como alimento para el ganado, mientras que el 10% se destina a la producción de biogás. Sin embargo, alrededor del 20% termina en vertederos. Nuevas iniciativas están explorando su potencial como recurso sostenible.
Una de las empresas pioneras en este ámbito es la start-up suiza Upgrain, que en 2024 implementó un sistema para transformar el grano gastado en proteínas y fibras aptas para el consumo humano.
Este sistema, aprobado por la FDA estadounidense y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, puede instalarse directamente en las cervecerías. Desde pequeñas unidades adaptadas para microcervecerías hasta grandes instalaciones como la de Brauerei Locher, la segunda cervecera más grande de Suiza, Upgrain ha innovado en el aprovechamiento de este recurso.
La compañía ya está trabajando en la planta de procesamiento in situ más grande de Europa, inaugurada en septiembre de 2024.
Un tesoro oculto para la alimentación y la innovación
William Beiskjaer, cofundador de Upgrain, señaló en una entrevista con la BBC que el grano cervecero residual es un “recurso oculto con gran potencial para una nutrición más sostenible y saludable“. Según él, este subproducto podría ayudar a abordar la creciente demanda global de proteínas y fibra.
Empresas como Agrain en Dinamarca y BiaSol en Irlanda ya han comenzado a comercializar proteínas y fibras derivadas de granos cerveceros, utilizándolas en productos como pizzas, granolas, panes y alternativas de carne a base de plantas.
Incluso las grandes cerveceras han adoptado esta tendencia. Por ejemplo, Anheuser-Busch InBev, de Bélgica, y Molson Coors, con sede en Chicago, han desarrollado versiones veganas de “leche de cebada” a partir de grano usado. Molson Coors promociona su producto Golden Wing como una opción más saludable y con un 25% menos de azúcar que la mayoría de las leches de avena disponibles en el mercado.
Más allá de la alimentación: innovación en materiales veganos
El impacto del grano cervecero no se limita a la industria alimentaria. La start-up londinense Arda Biomaterials ha utilizado este subproducto para crear alternativas al cuero. Aunque los primeros intentos dieron lugar a materiales poco consistentes, como “tortitas”, la empresa logró sintetizar proteínas que imitan las del cuero animal gracias a la química supramolecular.
Los residuos de distintas cervezas incluso aportan colores únicos: por ejemplo, las cervezas negras como Guinness producen un material oscuro, mientras que las lagers generan tonalidades marrones.
A diferencia de otras alternativas al cuero, que suelen carecer de escalabilidad o no cumplen del todo sus promesas ecológicas, el material de Arda se elabora de manera eficiente y con recursos básicos.
Actualmente, la empresa está probando el material en productos como carteras y bolsos, y su nueva planta piloto en Londres, que comenzará a operar en 2025, tiene la capacidad de producir hasta 1.500 metros cuadrados anuales.
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