Fiat Chrysler Automobiles fue acusada de haber manipulado los motores de 104.000 vehículos diesel en los Estados Unidos para minimizar el nivel real de sus emisiones contaminantes, en lo que podría ser un nuevo ‘dieselgate’, después del escándalo de Volkswagen en ese mismo país.
‘Una vez más, un gran fabricante de autos tomó la decisión comercial de eludir las reglas y fue atrapado’, afirmó Mary Nichols, jefa de la Agencia Californiana de Protección del Medio Ambiente, que participó en la investigación conducida por su par federal, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos.
El software en cuestión reduce la cantidad de óxido de nitrógeno (sustancia considerada cancerígena por las autoridades sanitarias) emitida durante los test oficiales, lo que escondería el hecho de que los motores arrojan más contaminación que la permitida por la ley.
En septiembre de 2015, luego del escándalo en el que se vio involucrada Volkswagen, la agencia implementó nuevas pruebas que mostraron que los vehículos expulsaban al aire niveles ‘aumentados’ de óxido de nitrógeno, gas al que le atribuyen múltiples afecciones respiratorias.
La agencia federal indicó que el grupo podría tener que enfrentar ‘penalidades civiles’ de hasta 4 mil millones de dólares, aunque aclaró que continuarán las investigaciones para determinar si estos software constituyen los ‘programas manipuladores’ prohibidos por la ley.
El programa habría sido instalado en los modelos Jeep Grand Cherokee y en las pick-ups Dodge Ram 1500 Diesel fabricadas entre 2014 y 2016. La empresa admitió la existencia del dispositivo, pero negó las acusaciones al señalar que sus controles de emisiones cumplen con los reglamentos establecidos.