Los bosques tropicales son aquellos lugares con abundantes lluvias y temperaturas que se mantienen constantes durante todo el año, sin mencionar que sus plantas y árboles se caracterizan por sus hojas grandes, las cuales tienen la función de captar la mayor cantidad de luz posible. De hecho, solo dos bosques de este tipo se destacan por su gran tamaño, el de Amazonas, considerado el más grande del mundo, y la selva del Congo, en África.
Así es, la segunda selva tropical más grande se encuentra cubre gran parte de las llanuras del río Congo, y la mayoría de sus afluentes, situados en el centro del continente africano. Lo que pocos saben es que este bosque cuenta con una superficie de 700.000 kilómetros cuadrados, que alcanzan los límites internacionales de seis países.
Este bosque alberga una cuarta parte de los bosques tropicales que aún sobreviven en el planeta, traspasando las fronteras internacionales de República Democrática del Congo, República del Congo, Gabón, Guinea Ecuatorial, Camerún, República Centroafricana y Angola.
Al igual que muchos espacios naturales del mundo, este bosque también se encuentra amenazado por el cambio climático y otros factores que perjudican su ecosistema. De acuerdo con los expertos, la situación de este lugar es cada vez más compleja, consecuencia de la deforestación, la construcción y la caza furtiva.
Otros datos desconocido de este bosque tropical
Así como muchos desconocen que este bosque tropical africano es el segundo más grande del mundo, tampoco deben saber sobre estos datos pocos conocidos de la selva del Congo:
- Alberga 170 millones de hectáreas de bosque húmedo denso.
- La temperatura oscila entre los 21 y los 30 grados.
- Allí habitan más de 10.000 especies de plantas, 1.000 de aves, 700 de peces y 400 especies de mamíferos.
- Recibe un promedio de 1.800 milímetros de precipitación anual.
- Tiene 116 millones de hectáreas que se dividen en bosques abiertos, sabanas y arboledas, entre otros tipos de coberturas forestales.
Los beneficios de estos bosques
Los expertos afirman que estos bosques ofrecen muchos beneficios como la regulación del ciclo del agua y el clima, ya que producen oxígeno mientras absorben dióxido de carbono, controlan las inundaciones, promueven la conservación de la biodiversidad, proveen de alimentos y evitan la erosión.
Estas funciones son las que le otorgan una gran importancia, dado que equilibran la ecología a través de diferentes servicios ambientales a la sociedad. Esto se debe a que, además de producir oxígeno, permiten que el agua de lluvia se filtre al subsuelo y recargue los acuíferos, manteniendo los suelos fértiles produciendo materia orgánica.
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