El autor principal del estudio, Peter Cox, señaló que las selvas continuarán en el siglo XXI porque el dióxido de carbono se convertirá en un fertilizante que coadyuvará a su supervivencia.
Se cree que las selvas y bosques pueden desaparecer, entre otros factores, por los efectos del incremento del efecto invernadero debido a la quema de combustibles fósiles y al cambio climático.
El propio Cox encabezó un estudio publicado en el año 2000 que sugería que el Amazonas podría comenzar a marchitarse para el 2050.
“La fertilización del dióxido de carbono superará el efecto negativo del cambio climático, así que las selvas continuarán acumulando dióxido de carbono durante el siglo XXI”, señaló el experto de la Universidad de Exeter, en Gran Bretaña.
Los resultados del estudio se apoyan en el empleo de modelos sobre las variaciones del dióxido de carbono y el crecimiento de los árboles.
Como resultado de los efectos del calentamiento global quedarían liberados 53 mil millones de toneladas de dióxido de carbono, la mayoría concentrados en los trópicos.