Córdoba es una de las provincias argentinas más deforestadas en el transcurso de la historia reciente.
Los graves índices de deforestación son producto de un corrimiento de las fronteras agropecuarias, resultado de la implementación de un sistema de producción agroindustrial basado en la siembra de transgénicos y el uso de agroquímicos.
Este esquema productivo, a su vez, también implicó que actividades agropecuarias tradicionales, como cría de ganado, se vieran obligadas a desplazarse hacia los territorios del norte y noreste de la provincia.
Entre 1998 y 2002, Córdoba alcanzó niveles de deforestación comparable con los máximos mundiales; y entre 2002 y 2006, esos índices se ubicaron entre los más altos de Argentina.
Como consecuencia, de las 12 millones de hectáreas de superficie cubierta con bosque nativo que poseía la provincia a principios del siglo XX, actualmente solo quedan 594 mil hectáreas, una cifra que cada año sigue reduciéndose.