La sensación de muchos adultos de que no llegarán a vivir los efectos catastróficos del calentamiento global no aplica para los niños, el sector más vulnerable a las manifestaciones que ya ha comenzado tener el fenómeno y del que suele creerse erróneamente que no lo ve con preocupación.
Una encuesta internacional realizada por Naciones Unidas muestra que un 88% de los niños y niñas ve al cambio climático como una amenaza y un 67% reconoce su impacto desigual sobre los distintos sectores de la sociedad.
La consulta, elaborada por la iniciativa Derechos ambientales de las infancias de la ONU, se realizó a través de un cuestionario online y fue respondida por más de 7400 niños, provenientes de 103 países.
Los resultados del sondeo forman parte la próxima Observación General de la Convención sobre Cambio Climático, que se realiza en la ciudad de Buenos Aires con la finalidad de que los Estados tomen medidas frente al calentamiento global.
Según el sondeo, que estuvo dirigido a jóvenes de 12 a 17 años pero en el que también participaron niños más pequeños con el apoyo de un adulto, el 88% manifestó que “el cambio climático y los daños medioambientales amenazan a las futuras generaciones”.
A su vez el 67% de los consultados respondió que “los daños medioambientales afectan a algunos niños y niñas más que a otros, como los que viven en ciertas partes del mundo, quienes habitan en islas pequeñas y dependen de la naturaleza”.
En este sentido, menos de la mitad de los encuestados (41%) afirmó que “puede acceder a la ayuda si sus derechos se ven afectados por el daño medioambiental o el cambio climático”.
En cuanto a las principales demandas de los niños y niñas a los adultos se encuentra el acceso a “un entorno limpio y saludable, ser escuchados y tomados en serio y desempeñar un papel en la acción medioambiental”.
En este sentido el informe resalta la importancia de llevar a cabo “acciones claras y transparentes de los gobiernos, las empresas y todos los adultos, la cooperación entre países y regiones del mundo y la sensibilización y educación medioambiental, junto con espacios para compartir sus ideas sobre posibles soluciones”.
“La pérdida de hogares, la imposibilidad de ir a la escuela y la reaparición de enfermedades erradicadas en el mundo son consecuencia de los cambios climáticos que afectan directamente a los niños”.
La pérdida de hogares, la imposibilidad de ir a la escuela y la aparición de enfermedades erradicadas son “consecuencia de los cambios climáticos que afectan directamente a los niños”, explica Luis Pedernera, miembro del comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas (ONU), quien señala que, en relación a América Latina, “la sostenibilidad de los países del Norte muchas veces es a costa del sacrificio de los países del Sur”.
“El cambio climático tiene un impacto en la vida de toda la comunidad mundial, pero es peor para los niños”, señala el funcionario de la ONU al precisar que “1,7 millones de niños a nivel global mueren por cambio climático como consecuencias de los impactos ambientales, todos evitables”, y que las muertes por causas evitables “se dispararon a un número alarmante en los menores de seis años”.
Como señala Pedernera, la pandemia por Covid “agudizó, por un lado, la pobreza y la indigencia, que se dispararon en niños de todo el mundo donde 385 millones viven en situación de pobreza”, según datos de Unicef.
Por otro lado, las consecuencias de los cierres de escuelas para hacer frente a la pandemia tuvieron “efectos en los niños que se van a poder verificar a mediano y largo plazo”, y tienen que ver con “la baja en los niveles de comprensión lectora y análisis matemático, que nos llevan 20 años atrás”.
Dentro del nuevo borrador sobre los derechos del niño en relación al ambiente se encuentran las principales “líneas sobre cómo mitigar los efectos del cambio climático para adaptar y atender sus efectos”, explica Pedernera.
Las consecuencias que se prevé que tendrá el calentamiento global plantean un escenario “sumamente preocupante para el futuro de los niños”, señala Pedernera, quien enfatiza la necesidad de pensar en términos de “solidaridad intergeneracional”, al proyectar “los efectos sobre los que vienen, ya que las amenazas del ambiente tienen efectos previsibles”.
Entre los principales ejes que comenzarán a discutirse hoy en la Observación General Nº 26, se encuentran la supervivencia y el desarrollo, la no discriminación y su vinculación al cambio climático, el derecho del niño a vivir en familia, la movilidad humana y los niños migrantes en relación al clima.