Un gigantesco manto de flores multicolores tapiza el desierto de Atacama, el más árido del mundo en el norte de Chile, con una intensidad no vista en varias décadas, un maravilloso efecto del fenómeno de ‘El Niño’.
Sobre las inmensas laderas desérticas, florecieron miles de especies de flores de color amarillo, rojo, blanco o violeta, que han llenado de color este inmenso espacio vacío que en esta época alcanza temperaturas por sobre los 40 grados Celsius.
Miles de ‘suspiros de campo’ en tonos violetas y blanco y ‘añañucas’ amarillas emergen para vestir de color a la habitual palidez de sus tierras.