Se calcula que en la actualidad flotan en nuestros océanos unos 5 billones de fragmentos de plásticos y microplásticos. Es por eso que la Organización de las Naciones Unidas enumeró cinco claves para reducir la dependencia de los macro y microplásticos.
- 1. Evitá los plásticos de un solo uso
El 90% del plástico que usamos en nuestra vida diaria es plástico desechable o de un solo uso: bolsas de comestibles, envolturas plásticas, bolsas autocerrables, tapas para vasos de café. Los plásticos de un solo uso son particularmente dañinos si se tiene en cuenta que una sola bolsa de plástico puede tardar mil años en degradarse.
- 2. Aprendé a reconocer los microplásticos disfrazados
Muchos cosméticos y productos de belleza contienen microesferas exfoliantes que en realidad son pequeñas perlas de plástico. Estos microplásticos pueden parecer inofensivos, pero precisamente gracias a su tamaño logran pasar a través de las plantas de tratamiento de agua y terminar en el océano, donde los peces a menudo los confunden con comida. En su lugar, prueba exfoliantes naturales, como avena o sal.
- 3. Llevá una botella de agua reutilizable
Las botellas desechables de agua y de refrescos son unos de los mayores culpables de los residuos plásticos. En 2016 se vendieron en todo el mundo más de 480 000 millones de botellas de plástico para beber. Si se colocasen una junto a otra, ¡llegarían a más de la mitad de la distancia de la Tierra al sol! En su lugar, usa botellas reutilizables. En lugares donde el agua es inocua para beber, puedes rellenar tu botella fácilmente.
- 4. Di no a los cubiertos de plástico y pajitas, y reduce los envases
A veces nos dan plástico sin siquiera pedirlo. Rechaza la oferta de usar una pajita. Pide a los restaurantes que empaqueten tus alimentos en menos envases para llevar. Diles que no necesitas cubiertos de plástico, y usa tus propios cubiertos reutilizables.
- 5. Reciclá
Esto puede parecer obvio, pero la mayoría de los plásticos que utilizamos no son reciclados. Cuando exista la opción, asegúrate de que el plástico que utilizas se recicla, pero recuerda que es más fácil evitar el desperdicio que gestionarlo.