Al sobrevolar el suroccidente del departamento del Meta, en los límites con Guaviare, se observan dos parques nacionales naturales: el parque Tinigua y el parque Sierra de La Macarena.
Aunque ambos, desde el aire, se ven tupidos de árboles inmensos, de tanto en tanto aparecen trozos de selva mordisqueada.
Son unos parches que se muestran con más frecuencia a medida que se dibujan los límites de esas zonas protegidas que en ocasiones ha devorado la ganadería extensiva o una que otra trocha improvisada.
‘Ordenaron deforestar 80 metros a lado y lado de la vía y nadie les ha podido poner tatequieto. Están acabando con nacederos de agua, con árboles de achapo, yopo y macano que hacen parte de un bosque primario. Es un atentado contra la selva. Están poniendo en riesgo varias lagunas y varios ríos. Llevamos más de un mes viendo cómo talan y nadie hace nada’, afirmó un poblador.