Las plantas nativas son aquellas propias de cada región, adaptadas al clima y las condiciones del suelo local. Cada especie cumple una función vital dentro del ecosistema, proporcionando néctar, polen y semillas que sirven de alimento para la fauna autóctona, además de ser fundamentales en el proceso de evolución del suelo.
De esta manera, las plantas nativas son la base de las redes tróficas. Esto quiere decir que, a partir de su existencia, se conforman ecosistemas enteros.
¿Cómo se interrelacionan con la fauna silvestre?
Las aves están íntimamente ligadas al ambiente en el que habitan, ya que se asocian directamente a la flora polinizando flores y dispersando frutos. En ella además encuentran refugio, material y soporte para construir sus nidos, y en muchos casos las aves se transformarán en controladores naturales de las mismas plantas comiendo sus semillas y brotes. También estarán íntimamente ligados a las plantas nativas, los más numerosos herbívoros del planeta, los insectos. Ellos serán insustituibles polinizadores de las flores de la gran mayoría de las especies de plantas existentes.
Las raíces de las plantas se asocian con bacterias y hongos y se benefician mutuamente. Así, las flores, hojas y ramas que desprenden son aprovechados por estos microorganismos y la degradación de esta materia orgánica es aprovechada por las plantas.