Se trata de una combinación única de materiales que supera en firmeza, resistencia y extensibilidad a los actuales productos sintéticos y naturales y que, además, es biodegradable.
Técnicos e ingenieros de la Universidad Aalto y el Centro de Investigación Técnica VTT, en Finlandia, adhirieron fibras de celulosa de madera a la proteína de la seda de telaraña.
El resultado es un material muy firme, elástico y resistente que bien podría reemplazar el plástico en múltiples usos.
Sus aplicaciones futuras incluyen compuestos con base biológica, productos médicos, fibras quirúrgicas, la industria textil, empaques y envoltorios.
Según el profesor Markus Linder, de la Universidad Aalto, la naturaleza ofrece excelentes materias primas que están fácilmente disponibles para el desarrollo de nuevos materiales, como la celulosa rígida y la resistente y flexible seda que se utilizaron en la investigación.
La ventaja de ambos materiales es que, contrario al plástico, son biodegradables y no dañan el medio ambiente ni constituyen un potencial riesgo para la salud como los microplásticos.