Descubren que las aguas de deshielo de Groenlandia están llenas de mercurio tóxico

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Las concentraciones del elemento tóxico mercurio en los ríos y fiordos conectados a la capa de hielo de Groenlandia son comparables a las de los ríos de la China industrial.

El hallazgo inesperado, publicado en Nature Geoscience, que está planteando preguntas sobre los efectos del derretimiento glacial en una zona que es un importante exportador de mariscos.

“Hay niveles sorprendentemente altos de mercurio en las aguas de deshielo de los glaciares de las que tomamos muestras en el suroeste de Groenlandia –destaca Jon Hawkings, investigador postdoctoral de la Universidad Estatal de Florida y del Centro Alemán de Investigación en Geociencias–. Y eso nos lleva a estudiar ahora toda una serie de otras cuestiones, como la forma en que ese mercurio podría llegar a la cadena alimentaria”.

El estudio internacional comenzó como una colaboración entre Hawkings y la glacióloga Jemma Wadham, profesora del Instituto Cabot de Medio Ambiente de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, al que se han unido investigadores de Estados Unidos, Chequia, Noruega, Groenlandia y los Países Bajos.

Al principio, los investigadores tomaron muestras de las aguas de tres ríos diferentes y dos fiordos próximos a la capa de hielo para conocer mejor la calidad del agua de deshielo del glaciar y cómo los nutrientes de estas aguas de deshielo pueden sustentar los ecosistemas costeros.

Uno de los elementos que midieron fue el mercurio, elemento potencialmente tóxico, pero no esperaban encontrar concentraciones tan altas en el agua.

El contenido típico de mercurio disuelto en los ríos es de 1 a 10 ng L-1 (el equivalente a una cantidad de mercurio del tamaño de un grano de sal en una piscina olímpica de agua). En los ríos de agua de deshielo de los glaciares muestreados en Groenlandia, los científicos encontraron niveles de mercurio disuelto superiores a 150 ng L-1, mucho más altos que los de un río medio. El mercurio en partículas transportado por la harina glaciar (el sedimento que da a los ríos glaciares un aspecto lechoso) se encontró en concentraciones muy altas, de más de 2000 ng L-1.

Como todo hallazgo inusual, los resultados plantean más preguntas que respuestas. Los investigadores no tienen claro si los niveles de mercurio se disiparán más lejos de la capa de hielo y si este mercurio derivado del “glaciar” se está abriendo paso en la red alimentaria acuática, donde a menudo puede concentrarse más.

Los investigadores no esperaban encontrar concentraciones tan altas en el agua

“No esperábamos que hubiera ni de lejos esa cantidad de mercurio en el agua glaciar –reconoce el profesor asociado de Ciencias de la Tierra, el Océano y la Atmósfera, Rob Spencer–. Naturalmente, tenemos hipótesis sobre lo que está provocando estas altas concentraciones de mercurio, pero estos hallazgos han planteado toda una serie de preguntas para las que aún no tenemos respuesta”.

La pesca es la principal industria de Groenlandia, el país un gran exportador de gambas de agua fría, fletán y bacalao.

“Hemos aprendido durante muchos años de trabajo de campo en estos lugares del oeste de Groenlandia que los glaciares exportan nutrientes al océano, pero el descubrimiento de que también pueden transportar toxinas potenciales desvela una dimensión preocupante de cómo los glaciares influyen en la calidad del agua y en las comunidades río abajo, que puede alterarse en un mundo que se calienta y pone de relieve la necesidad de seguir investigando”, señala Wadham.

El hallazgo subraya la complicada realidad del rápido derretimiento de las capas de hielo en todo el planeta. Alrededor del 10% de la superficie terrestre está cubierta por glaciares, y estos entornos están experimentando un rápido cambio como consecuencia del aumento de las temperaturas. Científicos de todo el mundo trabajan para comprender cómo el calentamiento de las temperaturas -y, por tanto, el rápido deshielo de los glaciares- afectará a los procesos geoquímicos fundamentales para la vida en la Tierra.

“Durante décadas, los científicos consideraron que los glaciares eran bloques de agua congelados que tenían una importancia limitada para los procesos geoquímicos y biológicos de la Tierra –señala Spencer–. Pero en los últimos años hemos demostrado que esa línea de pensamiento no es cierta. Este estudio sigue poniendo de manifiesto que estas capas de hielo son ricas en elementos relevantes para la vida”.

Hawkings también resalta que vale la pena señalar que es muy probable que esta fuente de mercurio provenga de la propia Tierra, en lugar de una combustión de combustibles fósiles u otra fuente industrial. Eso puede ser importante en la forma en que los científicos y los responsables políticos piensen en la gestión de la contaminación por mercurio en el futuro.

“Todos los esfuerzos realizados hasta ahora para gestionar el mercurio han partido de la idea de que las crecientes concentraciones que hemos observado en todo el sistema terrestre proceden principalmente de la actividad antropogénica directa, como la industria –apunta Hawkings–. Pero el mercurio procedente de entornos climáticamente sensibles como los glaciares podría ser una fuente mucho más difícil de gestionar”.

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