Las favelas de Río de Janeiro atraviesan una grave ola de calor que incrementa la crisis climática urbana y pone en riesgo la salud de miles de personas. Según un informe del medio Mundonews, las temperaturas en estas zonas populares superaron los 60 grados centígrados de sensación térmica, revelando una alarmante brecha térmica con respecto a los barrios más desarrollados de la ciudad.
Investigaciones citadas en el reporte indican que la diferencia de temperatura entre las favelas y otras áreas urbanas puede llegar hasta los 8°C. Esta disparidad se explica por múltiples factores: la ausencia de planificación urbana, la escasa presencia de vegetación, la alta densidad habitacional y el uso de materiales que absorben y retienen calor, como el cemento y las chapas metálicas utilizadas en muchas viviendas precarias.
Uno de los focos más críticos se encuentra en el Complexo da Maré, una de las favelas más grandes de Río, donde habitan más de 140.000 personas en un área de apenas 4 km². A mediados de marzo, la temperatura oficial en la ciudad alcanzó los 44°C —el registro más alto en diez años, según el Sistema de Alerta Climática local—, mientras que en Maré la sensación térmica trepó hasta los 60°C.
Esta situación representa un grave riesgo para la salud pública. Altas temperaturas sostenidas pueden provocar deshidratación, golpes de calor e incluso complicaciones cardiovasculares, especialmente en personas mayores, niños y quienes viven en condiciones de vulnerabilidad.

La salud, uno de los aspectos más afectados en las favelas de Río
De acuerdo con la Secretaria Mundial del Salud, más de 3.000 personas debieron recibir asistencia médica por diferentes malestares provocados por las olas de calor. En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que las altas temperaturas pueden empeorar diversas enfermedades cardiovasculares, respiratorias, e incluso mentales, ya que hasta podrían provocar la muerte.
Las favelas de Río están ubicadas en medio de las tres principales autopistas de la capital. Por este motivo, se encuentran rodeadas de asfalto y hormigón, y expuestas a mayor contaminación y a mayores temperaturas que áreas vecinas. Este escenario consiste en un fenómeno climático llamado “islas de calor”. Durante el mes de febrero, el barrio Galeão del Aeropuerto Internacional de Río de Janeiro, al lado del Complexo da Maré, marcó 4 grados menos que la comunidad, según una investigación que recolectó datos sobre la calidad del aire y la temperatura de la favela.
Un problema que no solo es ambiental
El fenómeno evidencia la creciente desigualdad climática: mientras algunas zonas cuentan con infraestructura adecuada para mitigar el calor, como árboles, parques y viviendas térmicamente eficientes, otras —como las favelas— quedan expuestas a condiciones extremas sin protección ni recursos adecuados para enfrentarlas.
Frente a este panorama, organizaciones sociales y ambientales reclaman políticas públicas urgentes que aborden la crisis climática desde una perspectiva de justicia territorial, invirtiendo en soluciones sustentables, infraestructura verde y mejoras habitacionales que reduzcan la exposición al calor en los sectores más desfavorecidos.
Fuente: Diario Huarpe.
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