El incendio se propaga y aparece en nuevos focos en torno a Los Ángeles. Ráfagas de 120 kilómetros por hora avivan y dispersan el fuego. A la desesperada lucha para intentar dominar esta tragedia se suma otra: qué hacer con las más de 100.000 personas sin hogar que tuvieron que ser evacuadas.
La gran mayoría no puede volver a sus casa, ya sea porque el fuego los destruyó o porque la situación de alerta extrema se mantiene.
Refugiados de los incendios
Estos refugiados se han convertido en parias por los incendios en Los Ángeles. No tienen adónde ir, por lo que las agencias del gobierno local y estadual deben extremar el ingenio para poder albergarlos, darles ropa y comida.
Los lugares de refugio se saturan y muchas personas incluso deben pasar las noches en autos, colectivos o camionetas para poder dormir bajo techo.
La situación es tan grave en Los Ángeles que Donald Trump, a solo días de asumir como presidente, la comparó con la caída de una bomba nuclear. El fuego sigue sin control y alimentado por los fuertes vientos. Hay barrios enteros reducidos a escombros o cenizas.
Desafíos para las autoridades
Hay 100.000 personas evacuadas y como el fuego no cede, el número de personas sin hogar seguirá en aumento. Lo cual representa un problema mayúsculo para las autoridades mientras intentan controlar el fuego.
La capacidad de los hogares para refugio está desbordando. Se han habilitado clubes y escuelas para alojar a las personas que de un día para el otro se convirtieron en “homeless” (sin hogar).
El condado de Los Ángeles está consumido por el humo mientras múltiples incendios forestales en Palisades, Pasadena, Altadena y Sylmar permanecen en su mayoría sin contener y han dejado a decenas de miles de personas a la intemperie.
Algunos tienen cómo salir adelante por su situación económica o la ayuda de familiares o amigos. Pero muchos no tienen esas alternativas. Necesitan un techo para la noche, un lugar donde dormir, cobijo para sus hijos y alimentos. Es por eso que todo tipo de bares y restaurantes de Los Ángeles están dando asistencia a los afectados por los incendios.
La lucha de los evacuados sin hogar por encontrar refugio
Son decenas de miles de evacuados los que ahora están luchando por encontrar (y conservar) un refugio temporal. La capacidad prevista para estas emergencias jamás contempló una catástrofe semejante.
Como otras grandes ciudades de EE.UU. y del mundo, la escasez de viviendas ya era un problema en Los Ángeles, una de las ciudades menos accesibles para conseguir un hogar en los Estados Unidos. Con 100.000 personas evacuadas, los desplazados comienzan a estar dispersos por todo el sur de California.
La zona ya no está en capacidad de contenerlos, porque se suman problemas a diario, como la amenaza de llegar a quedarse sin energía eléctrica. Por lo tanto, en otras comunidades de California se los distribuye a estos “imprevistos homeless” en camas de refugio, habitaciones de hotel, habitaciones libres de familiares y sofás de amigos.
Pero en este momento, no se puede saber por cuánto tiempo será y mucho menos, cómo volverán a la vida previa a este incendio que por el momento no tiene fin.
En tiempos de crisis, la solidaridad no siempre domina. La búsqueda de viviendas a largo plazo ya ha provocado guerras de ofertas en algunos vecindarios al borde de los centros incendiados. Aunque parezca increíble, ese solo hecho provocó que los precios de alquileres temporarios subieran rápidamente.
La devastación no tiene piedad y así seguirá mientras el fuego no pueda ser controlado.
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