Un estudio publicado en la revista especializada Water Environment Research, detalla los alcances y resultados de un relevamiento que tuvo como objetivo “analizar parámetros fisicoquímicos, metales y residuos de plaguicidas, y la toxicidad de muestras de agua y sedimentos de un ambiente con alta actividad agrícola” en la cuenca del arroyo Salto “mediante bioensayos” y donde se detectaron la presencia de 26 plaguicidas, además de elevas concentraciones de Cobre, Zinc y Plomo. Los muestreos se realizaron en dos puntos, sobre el estero del curso de agua, en cercanías a la Aldea Brasilera (Entre Ríos), y en un canal de drenaje aguas abajo, en una campaña realizada en marzo de 2022.
El grupo de trabajo estuvo integrado por los investigadores Julieta Peluso, Carolina M. Aronzón, Ana Paula Cuzziol Boccioni, Paola M Peltzer, Lautaro Valenzuela, Eduardo de Gerónimo y Rafael C. Lajmanovich, que cumplen respectivamente labores en el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Ambiental, de la Escuela de Hábitat y Sostenibilidad, de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) de Buenos Aires; del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet); del Laboratorio de Ecotoxicología de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL); del Laboratorio de Fluorescencia de Rayos X de la Gerencia Química de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA); y de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Balcarce de la Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
En diálogo con el portal Era Verde, Lajmanovich destacó del trabajo realizado la tarea de las investigadoras de Unsam, que llegaron a Entre Ríos y los laboratorios en Santa Fe “para colaborar multidisciplinariamente con nuestro grupo de instigación, así como también la participación de la doctora Virginia Aparicio, referente del INTA Balcarce en el análisis de residuos de agroquímicos”.
Sobre los resultados, el artículo precisa que se “detectaron 26 plaguicidas en agua y sedimentos de la cuenca del arroyo Salto”. Se observaron efectos subletales principalmente en larvas expuestas a muestras del arroyo Salto; y que “la calidad degradada puede estar asociada con las actividades agrícolas de la zona”.
En este orden, Lajmanovich apuntó que “en Entre Ríos existen hace muchos años el problema de las escuelas fumigadas –una problemática que se ha judicializado con fallos contrarios a la normativa de Gobierno–, y es indudable que la contaminación agroindustrial está presente en todos los ecosistemas”, señaló.
Detalles
En el estudio se plantea que “los anfibios se encuentran entre el grupo de organismos más amenazados en la crisis de biodiversidad del Antropoceno. Estos vertebrados están sujetos a varios factores de estrés en los ambientes acuáticos y terrestres, y las actividades humanas han impactado profundamente a este grupo. Además, un tercio de las especies amenazadas del planeta son anfibios, y constituyen el grupo más vulnerable entre los vertebrados del mundo. En este sentido, la contaminación química de sus hábitats acuáticos es un factor importante que provoca esta disminución, especialmente por los efluentes de ambientes agroindustriales”. Es por esto que se estudiaron los registros de la toxicidad metales y residuos de pesticidas que los afecta, y se encuentran en el agua y sedimentos de un ambiente, en este caso del arroyo Salto.
Bajo parámetros científicos, se tomaron muestras y se realizaron “bioensayos de letalidad”, donde se “expusieron 10 larvas (por triplicado) durante 504 horas a muestras de agua y sedimento. Además, 50 larvas fueron expuestas durante 96 h (por triplicado) a muestras de agua y sedimentos para la evaluación de biomarcadores de neurotoxicidad, estrés oxidativo y genotoxicidad”. El objetivo de este procedimiento fue “analizar las características fisicoquímicas, metales y residuos de plaguicidas, y la toxicidad de muestras de agua y sedimentos de un ambiente altamente impactado por actividades agrícolas por medio de bioensayos y biomarcadores utilizando Rinella arenarum –sapos– (Amphibia: Anura) larvas premetamórficas como organismo centinela”.
Y en estas experimentaciones “se detectaron 26 pesticidas diferentes (principalmente herbicidas) en ambos sitios, y Cu (Cobre) Zn (Zinc) y Pb (Plomo) excedieron el límite para la protección de la vida acuática”, se precisó. En estos exámenes “Se observó letalidad en larvas expuestas a muestras de agua y sedimentos de ambos sitios en exposición crónica. Se observó estrés oxidativo en las larvas expuestas a ambos sitios”. Y que en “las larvas expuestas a muestras de S1 (sitio 1, cerca de Aldea Brasilera), se observaron alteraciones en los biomarcadores de neurotoxicidad. Estos resultados alertan sobre la degradación de los sitios y resaltan la necesidad de monitorear y controlar el uso de pesticidas”, se apuntó en el documento.
Respecto a la concentración de plaguicidas, se indicó que se detectaron tanto en las muestras de agua como de sedimentos en los dos sitios analizados, “de 26 moléculas diferentes. De todos los biocidas detectados, el mayor porcentaje (42,31%) fueron herbicidas, detectándose en ambos sitios atrazina, ametrina, metsulfurón metílico y clorimurón etílico. Un 30,77% fueron insecticidas, como imidacloprid y DEET que se detectaron en ambos sitios. Asimismo, un 15,38% fueron fungicidas, como epoxiconazol, tebuconazol, metconazol y metalaxil que se detectaron en ambos sitios. Finalmente, un 15,38% de las moléculas detectadas fueron metabolitos de degradación de atrazina (ATZ-OH, ATZ-desetilo y ATZdesisopropilo) y glifosato (AMPA). En su mayoría, los pesticidas se detectaron en muestras de agua, con concentraciones que oscilan entre 0,003 y 1 μg/L, en lugar de sedimentos (nueve en cada sitio) con un rango de concentración de 4,5 a 48 μg/kg”, se detalló.
Concentración negativa
Y en cuando a los metales, se resaltó que “Los niveles de Cu, Zn y Pb en agua excedieron los límites de protección de la vida acuática (Ley Nº 24.051 de Residuos Peligrosos, decreto 831/93) en ambos sitios. Estos elementos pueden derivar de actividades antrópicas, como industrias, agricultura o asentamientos urbanos. Altas concentraciones de estos metales pueden afectar negativamente a los organismos acuáticos. En los sedimentos, todos estos metales se concentraron, lo que aumenta la concentración de exposición a metales tóxicos que afectan negativamente a las larvas de anfibios. Los múltiples efectos nocivos de la exposición a metales tóxicos como Cu, Zn y Pb señalan la urgente necesidad de vigilar y controlar el vertido de estos tóxicos al medio ambiente”, subrayaron.
La concentración en el agua y el limo, se puede explicar “por la aplicación reciente de pesticidas. En particular, el arroyo Salto (S1) presentó la mayor cantidad de pesticidas (25 en agua y sedimentos). El sitio 2 es un canal de drenaje de menos de dos kilómetros, mientras que S1 se encuentra sobre un arroyo cuya cuenca cubre un área de varios miles de hectáreas de campos de cultivo, lo que puede explicar la mayor cantidad de pesticidas en S1”, aportaron.
Sobre los parámetros y niveles de hallazgos, se aclaró que “en Argentina, existen pocos límites de pesticidas para el agua potable humana y la protección de la vida acuática, y los pesticidas detectados estaban por debajo de esos límites. Asimismo, los niveles de residuos de plaguicidas fueron inferiores a los límites establecidos para agua para consumo humano según la Organización Mundial de la Salud (OMS,2011). Sin embargo, la presencia de múltiples residuos de plaguicidas en ambientes acuáticos, que pueden interactuar entre ellos y con otros contaminantes y/o características fisicoquímicas, alertan sobre los efectos nocivos en la salud de los anfibios. Además, pueden constituir un riesgo grave (hasta el presente, no evaluado en esta región) para la salud humana”.
El escenario así descrito traza que “La calidad ambiental degradada de los arroyos de la región amenaza los servicios socioculturales y el medio ambiente, así como a las poblaciones silvestres y humanas”.
Conclusión
La investigación cierra sosteniendo que “al final de este estudio que tuvo como objetivo evaluar la calidad ambiental de la cuenca del arroyo Salto por medio de características fisicoquímicas, metales y residuos de plaguicidas, y la toxicidad de muestras de agua y sedimentos a través de bioensayos y biomarcadores con un anfibio nativo, R. arenarumlarvae, se puede concluir que se encontró una degradación significativa del ambiente. La degradación observada puede estar asociada con las actividades agrícolas de la zona. De persistir este tipo de contaminación, la población de anfibios que habitan la zona puede verse afectada negativamente. Por lo que se destaca la urgente necesidad de controlar y monitorear el uso de plaguicidas”.