El Día Mundial de los Humedales nos brinda la oportunidad de destacar la vital importancia de estos ecosistemas y la biodiversidad que albergan. A menudo, los humedales no reciben el reconocimiento necesario para mantener el equilibrio de la vida en la Tierra.
Proteger los humedales para nuestro futuro común
La diversidad biológica de los humedales es crucial para la salud humana, el suministro de alimentos, el transporte y las actividades económicas que generan empleo, como la pesca y el turismo. Constituyen el hábitat del 40% de todas las especies de plantas y animales del mundo. Por este y otros motivos, el 2 de febrero de 1971 en Ramsar, 18 naciones firmaron un tratado intergubernamental para protegerlos.
Los humedales en una definición amplia de humedales incluyen ecosistemas de agua dulce, marinos y costeros, tales como lagos y ríos, acuíferos subterráneos, pantanos y marismas, pastizales húmedos, turberas, oasis, estuarios, deltas, manglares y otras zonas costeras, arrecifes de coral y sitios creados por el hombre, como estanques de peces, arrozales, embalses y salinas.
Ecosistemas valiosos e indispensables
Los humedales representan uno de los ecosistemas más valiosos de la Tierra, indispensables para los seres humanos y la naturaleza por los beneficios y servicios que proporcionan. Aunque solo cubren alrededor del 6% de la superficie terrestre, son el hábitat del 40% de todas las especies de plantas y animales.
Sustento para millones de personas
Más de mil millones de personas (una octava parte de la población mundial) que viven en zonas rurales y urbanas de todo el mundo dependen de los humedales como medio de subsistencia.
¿Por qué están en peligro?
A pesar de los grandes beneficios que brindan, los humedales son uno de los ecosistemas que más sufren deterioro, pérdida y degradación. Se prevé que esta tendencia negativa continúe debido al rápido crecimiento de la población, la producción y el consumo insostenible, el desarrollo tecnológico y el cambio climático.
Con una pérdida del 35% a nivel mundial en los últimos 50 años, comenzando en 1970, los humedales son nuestro ecosistema más amenazado, desapareciendo tres veces más rápido que los bosques.
Las actividades humanas que provocan la pérdida de humedales incluyen el drenaje y relleno para agricultura y construcción, la contaminación, la pesca excesiva y la sobreexplotación de recursos, las especies invasoras y el cambio climático.
Este círculo vicioso de desaparición de humedales, medios de sustento amenazados y aumento de la pobreza es el resultado de una visión errónea que considera los humedales como terrenos baldíos en lugar de fuentes de vida, empleos, ingresos y servicios ecosistémicos esenciales. Uno de los retos clave es cambiar esta mentalidad y alentar a los gobiernos y comunidades a valorar y priorizar los humedales.
Qué podemos hacer para cuidar los humedales:
Cuidar los humedales es crucial para preservar su biodiversidad y los servicios ecosistémicos que nos brindan. Aquí tienes algunas acciones que podemos tomar para proteger estos valiosos ecosistemas:
- Evitar la contaminación: No arrojar basura ni productos químicos en los humedales. Participar en campañas de limpieza y fomentar el uso de productos biodegradables.
- Restaurar humedales degradados: Apoyar proyectos de restauración que busquen recuperar humedales dañados por actividades humanas.
- Conservar el agua: Practicar un uso responsable del agua en nuestras actividades diarias para reducir la presión sobre los humedales.
- Promover políticas de protección: Abogar por leyes y regulaciones que protejan los humedales de la destrucción y la degradación.
- Educar y sensibilizar: Informar a la comunidad sobre la importancia de los humedales y cómo cada uno puede contribuir a su conservación.
- Apoyar actividades sostenibles: Fomentar prácticas agrícolas y pesqueras sostenibles que no dañen los humedales.
- Respetar la vida silvestre: No molestar a los animales y plantas que habitan en los humedales. Observar sin interferir.
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