Según el Instituto Nacional de Investigación Espacial de Brasil (INPE), la Amazonia perdió 4.656 kilómetros cuadrados de bosque tropical durante doce meses, comparado con 27.772 kilómetros cuadrados en 2004.
El gobierno de Brasil sostiene que esto representa una reducción del 76% desde 2004 – aproximándose al compromiso de reducir la deforestación en la región amazónica en 80% para el año 2020.
El país ha atribuido los dramáticos resultados a un paquete de políticas conocido como el PPCDAM (Plan de Acción para la Prevención y Control de la Deforestación en la Amazonia Legal) lanzado en el 2004.
El PPCDAM abarca más de 200 iniciativas en 14 ministerios que, juntos, tienen como objetivo reducir la deforestación en la Amazonia.
Investigación realizada por CIFOR y otros organismos para el Informe sobre la disparidad en las emisiones 2012 del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha revelado que las políticas que reducen eficazmente la deforestación incluyen el establecimiento de áreas protegidas, el uso de medidas de mando y control, la aplicación de instrumentos económicos, incluyendo pagos por servicios ambientales y la creación de políticas que tengan un impacto sobre los factores que impulsan la deforestación.
Durante la última década, el país ha establecido nuevas áreas protegidas, tierras indígenas y áreas de uso sostenible que abarcan 709.000 kilómetros cuadrados.
Esto ha disminuido tanto la deforestación como la incidencia de incendios – y, algo crucial, más que antes, estas áreas de protección se encuentran en áreas especialmente amenazadas, lo que las hace más eficaces.
Una de las políticas más exitosas ha sido la implementación de los esfuerzos de ‘mando y control’, sostuvo Francisco Oliveira Filho, Secretario Ejecutivo del Ministerio del Medio Ambiente de Brasil, durante un evento paralelo dedicado al tema y que se llevó a cabo en los márgenes de las conversaciones sobre el clima en Doha.
Las políticas de mando y control implican la aplicación de las leyes forestales de Brasil a través de la identificación y sanción de los responsables de la deforestación ilegal y la degradación de los bosques, y los métodos utilizados por Brasil son cada vez más sofisticados, explicó Olivera.
“Todos los días sabemos dónde se está deforestando en la Amazonia”, sostuvo.
Oliveira dijo que la agencia espacial de Brasil, el centro de detección remota y las agencias encargadas del cumplimiento de las leyes, colaboran para detectar y ubicar exactamente la deforestación y la degradación de los bosques y para arrestar a los infractores.