El Servicio MeteorolĂłgico Nacional (SMN) informĂł que “gracias a las medidas restrictivas se observĂł una caĂda del 45% en la concentraciĂłn de carbono negro, hollĂn, durante la primera etapa del aislamiento (ASPO) en la Ciudad de Buenos Aires” y fue considerado como una consecuencia de alto “impacto en el medio ambiente”.
El hollĂn, producto de la quema incompleta de combustibles fĂłsiles y biomasa, tiene severos efectos en la salud, por lo que al disminuir su concentraciĂłn se produjo una mejora en la calidad del aire.
TambiĂ©n registraron las concentraciones de diferentes gases obtenidos en la estaciĂłn VAG Ushuaia, donde se observĂł que debido al ASPO y la restricciĂłn de circulaciĂłn en esa ciudad hubo una disminuciĂłn en las concentraciones CO (monĂłxido de carbono) y CO2 (diĂłxido de carbono), segĂşn la comparaciĂłn realizada en dĂas de circulaciĂłn normal previos a la cuarentena con los del aislamiento en la ciudad fueguina.
Al analizar el ozono superficial en la estaciĂłn VAG Ushuaia, se observĂł una variaciĂłn en sus concentraciones; en particular los dĂas 12 y 13 de marzo se observĂł una disminuciĂłn importante del ozono superficial, como consecuencia del aumento en la concentraciĂłn de CO, explicĂł el SMN en un informe de prensa.
La preservaciĂłn de la vida durante la pandemia trajo una desaceleraciĂłn econĂłmica, y si bien “trajo consecuencias negativas a corto plazo, nos ofrece una oportunidad Ăşnica de llevar nuestra economĂa por un camino más verde y de mayor resiliencia para alcanzar los objetivos del Acuerdo de ParĂs sobre el cambio climático, tomando decisiones en beneficio de las futuras generaciones”, concluyĂł el SMN.