Un nuevo estudio podría hacer que muchos de los que hasta el momento ignoraban las consecuencias del cambio climático comiencen a prestar más atención a un fenómeno que ya está afectando la vida de millones de personas, animales y plantas alrededor del planeta.
Científicos han compartido que el probable aumento de la temperatura promedio global de dos grados Celsius que se espera para este siglo será extremadamente peligroso y, además, podría detonar una ‘explosión de ratas’ en las grandes ciudades.
A medida que el clima se vuelve más cálido, la población de roedores en grandes urbes como Filadelfia, Nueva York y Boston se multiplicará dado que estos se reproducirán de forma más acelerada.
Al igual que los humanos, las ratas han sabido adaptarse a lo largo de los siglos a todo tipo de climas. Tanto los roedores como las personas son sensibles a ligeros cambios en la temperatura, por lo que un cambio aparentemente inocuo de dos grados Celsius transformará la flora y fauna a nuestro alrededor.
Bobby Corrigan, una experta en roedores de la universidad de Cornell, destacó que el período de gestación de las ratas es de 14 días. Con bebés que pueden comenzar a reproducirse al mes de nacer, una rata embarazada puede representar entre 15 y 18 mil nuevas ratas en un solo año.
Los expertos señalan que los inviernos más cálidos afectarán a la fecundidad de las ratas, algo que ya está siendo vivido en primera persona por residentes de grandes ciudades que notan una mayor presencia de los roedores.
Pero las ratas son solo la punta del iceberg. Los biólogos han calculado que bajo el calentamiento global esperado, las poblaciones de los insectos que son considerados plagas de cultivo explotarán a medida que las áreas templadas se vuelven más cálidas, lo que podría representar una caída en las cosechas de entre el 25 y el 50 por ciento.
Otras formas de vida también son muy sensibles a la humedad, por lo que sus poblaciones de dispararán o caerán a medida que los cambios climáticos antrópicos continúen haciendo de las áreas húmedas más anegadas y las secas más áridas.