El calentamiento global está trastocando nuestro mundo a un ritmo acelerado. Algunos de sus efectos son bien conocidos y, de hecho, ya estamos sufriendo muchos de ellos en los últimos años. Por otro lado, también aparecen consecuencias sorprendentes, curiosidades en las que pocos habríamos pensado a priori y un ejemplo de estas insospechadas secuelas atañe directamente a una frontera específica, que separa los estados de Italia y Suiza, y que está cambiando por culpa del derretimiento de un glaciar.
Los Alpes son la gran cadena montañosa de Europa. Se extienden en forma de media luna a lo largo de más de 1200 kilómetros y abarcan una superficie de casi 200.000 km² que incluye territorios de países tan diversos como Italia, Alemania, Austria, Francia, Liechtenstein, Mónaco, Eslovenia o Suiza. Marcar fronteras en un paraje tan extenso y abrupto ha resultado históricamente una labor complicada y, en muchos casos, se han aprovechado fenómenos naturales como ayuda de demarcación. Las diferentes naciones han aprovechado el paso de ríos, vados, picos, desniveles o glaciares para marcar la frontera con sus vecinos, con la particularidad de que actualmente el cambio climático está trastocando algunas de estas líneas imaginarias.
Uno de los elementos que se suele utilizar para levantar fronteras en los Alpes es la línea de drenaje, es decir, la dirección en la que fluye el agua que se derrite de los glaciares. De los casi 600 kilómetros de líneas de cuencas hidrográficas que existen entre Italia y Suiza, alrededor del 40% se encuentran en campos de nieve o glaciares, y por tanto es lógico que se vean afectados por el calentamiento global.
En las últimas décadas los glaciares están sufriendo un claro retroceso y eso conlleva cambios en los cauces de drenaje. Concretamente, el glaciar Theodul perdió casi una cuarta parte de su masa entre los años 1973 y 2010, exponiendo la roca bajo el hielo, alterando la división del drenaje y obligando a los dos países afectados, Italia y Suiza, a redibujar un tramo de más de 100 metros a lo largo de su frontera, en estos casos los países suelen llegar a un acuerdo de manera amistosa y de una manera bastante rápida, ya que el terreno afectado por el cambio no es demasiado importante. Exceptuando una pequeña porción de terreno que sí que ha desatado una intensa negociación ya que afecta a uno de los refugios alpinos más transitados: el refugio “Guide del Cervino” que (hasta ahora) estaba en el lado italiano.
La nueva línea de demarcación causada por el deshielo del Theodul ha desplazado la frontera, afectando al refugio que en estos momentos cae en el lado suizo. Los responsables del refugio no están muy conformes con este cambio sobrevenido y en una entrevista en Phys.org, el cuidador del refugio Lucio Trucco afirmaba que “el refugio siempre ha sido italiano y seguirá siendo italiano. Nosotros somos italianos, pagamos impuestos en Italia, el menú es italiano y, por supuesto, seguiremos sirviendo vino italiano”.
Más allá del humor de Trucco, los cambios en la frontera no son una anécdota sino que afectan a la buena marcha del establecimiento. Las negociaciones entre Italia y Suiza han retrasado la renovación del refugio ya que aún no está claro a qué país le corresponde emitir los permisos de construcción. Otro elemento afectado por el cambio de frontera son las obras de un nuevo teleférico en lado italiano de la montaña Klein Mattherhorn que también están sufriendo retrasos con la nueva situación.
En noviembre de 2021 se elaboró un principio de acuerdo en Florencia, pero el gobierno suizo aún no se ha pronunciado al respecto confirmando, o rechazando, las propuestas y todo indica que tendremos que esperar hasta 2023 para conocer la solución a este dilema fronterizo.