El desarrollo industrial y urbanístico del país aumentó considerablemente en los últimos años y, con ello, la presión sobre el agua. El manejo de este recurso es cada vez más difícil, pues en muchos sectores su cantidad y distribución varían. Desde el 2000, la Escuela de Ciencias Geográficas de la Universidad Nacional (ECG-UNA) trabaja en un balance hídrico para el sector norte de la región central de Costa Rica, que abarca hasta el momento los ríos Poás, Ciruelas, Bermúdez y Segundo, el cual se extenderá a futuro próximo en los ríos, Pará y Tibás.
“Los últimos datos que tenemos son los de la cuenca de río Segundo, que se localiza en una zona de alto potencial hídrico, pues abastece a los principales centros urbanos de la región central”, detalló Ligia Hernando, académica de la ECG-UNA quien lidera el estudio.
De acuerdo con ella, un balance hídrico es fundamental para analizar la relación entre el uso y el tipo de suelo, cantidad de precipitación y temperatura, entre otros. “Hacemos una cuantificación del consumo de los distintos usuarios y la relación entre ellos, así determinamos la oferta, demanda y disponibilidad en dicha área”.
Para realizar este estudio, se utilizó una metodología empleada por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) de Colombia, la cual fue modificada y adaptada para la microcuenca. La oferta y demanda se determinó únicamente considerando la vegetación.