El desequilibrio energético de la Tierra aboca a océanos recalentados

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Una nueva investigación, publicada este mes en el Boletín de la Sociedad Meteorológica Estadounidense, examina las causas de las temperaturas récord del océano observadas en 2023 a causa del desequilibrio energético.

El doctor Till Kuhlbrodt, de la Universidad de Reading, dirigió el estudio. “El calor extraordinario en el Atlántico Norte y la falta de hielo marino en el Océano Austral en 2023 –dijo en un comunicado– nos dicen que los océanos están haciendo sonar una alarma”.

“Necesitamos entender con urgencia exactamente por qué partes del océano se están calentando rápidamente para que podamos prepararnos para más frecuentes alteraciones climáticas en todo el planeta. La frecuencia con la que nos vemos afectados por más de estos extremos depende de descubrir qué está llevando a los océanos Atlántico y Austral a territorio inexplorado”, aseguró.

Desequilibrio energético

El estudio destaca que el desequilibrio energético de la Tierra es probablemente un factor clave de las temperaturas extremas de los océanos. El planeta actualmente absorbe más de 1,9 vatios por metro cuadrado más de energía solar de la que irradia al espacio en forma de calor. En toda la Tierra, en un lapso de un año, esto equivale a aproximadamente 300 veces el consumo anual global de energía eléctrica.

Este desequilibrio ha aumentado rápidamente en las últimas décadas debido principalmente a los gases que atrapan el calor procedentes de la actividad humana. Este creciente excedente de energía está impulsando el calentamiento de los océanos, y más del 90% del exceso de energía acumulado por la Tierra se canaliza hacia los océanos.

Desde 2016, el Océano Atlántico se ha calentado más rápido que otras cuencas oceánicas en los 100 metros superiores del océano. Los investigadores sugieren que este mayor calentamiento del Atlántico puede estar relacionado con niveles récord de hielo marino en el Océano Austral.

El rápido calentamiento del Atlántico ha coincidido con una fuerte disminución de la capa de hielo marino que rodea la Antártida. En 2023, la extensión del hielo marino invernal en la Antártida alcanzó con diferencia los niveles más bajos desde que comenzó el seguimiento por satélite a finales de los años 1970.

Los investigadores enfatizan la necesidad de cuantificar en qué medida el rápido calentamiento del Atlántico está afectando la capa de hielo marino. La atribución confiable de los extremos del hielo oceánico y marino garantizará que los modelos climáticos puedan predecir con precisión los extremos futuros, lo que informará las políticas de mitigación y las medidas de resiliencia en todo el mundo.

El Dr. Kuhlbrodt añadió: “Necesitamos más datos del Atlántico para vincular de manera concluyente las tendencias del calentamiento y la desaparición del hielo con un cambio en el patrón de las corrientes oceánicas, pero las señales apuntan a conexiones climáticas ocultas entre los polos”.

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