A principios de diciembre, más de 30 representantes de diversas instituciones públicas y privadas participaron en el “Taller de Algarrobo Vivo”. Este evento se realizó con el objetivo de diseñar una estrategia de desarrollo para una economía sostenible en El Impenetrable, potenciando el valor del algarrobo y mejorando la calidad de vida de las comunidades locales.
Esta iniciativa surgió con la necesidad de encontrar soluciones a las condiciones de ruralidad extrema, ingresos precarios y falta de servicios básicos que enfrentan unas 670 familias criollas que viven cerca del Parque Nacional El Impenetrable. Su economía, basada en la cría de ganado y la extracción de madera de algarrobo, genera impactos ambientales negativos. Sin embargo, el potencial de la región para aprovechar recursos no maderables, como la harina de algarroba y otros productos con valor agregado, abre oportunidades para desarrollar un modelo económico sostenible.
En este sentido, el bosque chaqueño alberga especies clave como el algarrobo blanco (Neltuma alba), que ofrece múltiples beneficios ecológicos y económicos. Además de su valor como alimento y forraje, sus frutos pueden transformarse en harina nutritiva, un producto con potencial para diversificar la economía local y promover prácticas sostenibles.
El taller contó con la participación de instituciones nacionales, provinciales, ONGs y empresas privadas. Entre ellas, Parques Nacionales, la Universidad Nacional del Nordeste, Fundación Rewilding Argentina y empresas como Zafrán y Molino Cerrillos. Esta sinergia resaltó el valor de combinar tecnología y soluciones basadas en la naturaleza para impulsar el desarrollo regional.
Un esfuerzo colectivo hacia la economía sostenible
Frente a las situaciones que enfrentan estas familias, el grupo de instituciones decidió llevar adelante el “Taller Algarrobo Vivo” en la Escuela Taller de Turismo de Naturaleza, aledaña al parque nacional, y se estructuró en dos días. El primero estuvo dedicado a mesas temáticas sobre producción, comercialización, protección del algarrobo y turismo vinculado a la gastronomía.
Por otro lado, el segundo día incluyó visitas a comunidades locales para observar el proceso de recolección de algarrobas y explorar las dificultades y oportunidades en el terreno. También se visitó el Parque Nacional, reforzando el vínculo entre conservación y desarrollo comunitario. La gastronomía local tuvo un papel destacado gracias a las “Cocineras del Impenetrable”, que mostraron el potencial culinario de los frutos del monte.
Este taller marcó un paso significativo hacia la construcción de una economía sostenible que integre conservación ambiental, desarrollo comunitario y aprovechamiento de la biodiversidad. Los resultados del encuentro serán plasmados en un libro que servirá como guía estratégica para la protección del algarrobo en el norte del país.
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