Un equipo de investigación internacional informó que el manto de la Tierra bajo la Península Antártida presenta una menor viscosidad, debido a cambios químicos o de temperatura, y se mueve a un ritmo tan rápido que está cambiando la forma de la superficie a una velocidad que puede ser registrada por el GPS.
En la superficie, la Antártida es un inmóvil y helado paisaje. Sin embargo, cientos de kilómetros por debajo se está moviendo a un ritmo rápido, según ha demostrado la nueva investigación.
El estudio, dirigido por la Universidad de Newcastle, Reino Unido, y publicado esta semana en Earth and Planetary Science Letters, explica por primera vez por qué el movimiento hacia arriba de la corteza terrestre en el norte de la Península Antártica se produce con tanta rapidez.
Pero los datos GPS tomados por el equipo internacional de investigación han revelado que la superficie en esta región está realmente creciendo a un ritmo extraordinario de 15 milímetros al año, mucho mayor que la que puede explicarse por la respuesta elástica descrita.
Esto significa que puede fluir más fácilmente y así responde mucho más rápidamente que el aligeramiento de carga que se produce cientos de kilómetros por encima, cambiando la forma de la superficie.