Como si de magia se tratara, el olivino, una roca de tonalidades verde tiene el poder de secuestrar CO2 del aire. Este mineral es muy común en la naturaleza y el geoquímico retirado Olaf Schuiling ha pasado algún tiempo tratando de convencer a más personas de que esta es una forma de luchar contra el cambio climático.
Una tonelada de olivino puede absorber aproximadamente dos terceras partes de una tonelada de CO2, aunque sería un montón de rocas contra miles de millones de toneladas de CO2 que se liberan a la atmósfera cada año. Viéndolo como un refuerzo a otras acciones, podríamos utilizarlo como elemento decorativo en jardines y patios.
Para que los efectos del olivino comenzaran a notarse, tardaría alrededor de 20 años. Lo anterior no está tomando en cuenta las consecuencias y emisiones que generaría la extracción de este mineral más la distribución de toneladas de esta roca por todo el mundo.
Quizás sí hay otras soluciones para secuestrar carbono del aire pero esta representa una alternativa sin muchos efectos secundarios. Algunas empresas ya comenzaron a comercializar el olivino y también se empieza a ver como parte del diseño de algunas construcciones.
Es claro que no podemos dejar todo el trabajo de frenar el cambio climático al olivino, pero es algo que podríamos poner en práctica además de otras tantas acciones que podemos tomar.