La superficie forestal mundial perdió unos 178 millones de hectáreas desde en los últimos treinta años, desde 1990, lo que equivale a la superficie de un país como Libia, según la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) que, si embargo destaca que la pérdida de bosques se ralentiza a medida que se va incrementando la gestión sostenible.
El informe ‘Evaluación de los recursos forestales mundiales 2020’ alerta de que la deforestación sigue a nivel mundial pero a menor ritmo pero, en todo caso, solo en el último lustro, desde 2015 se han convertido a otros usos 10 millones de hectáreas de bosques al año, lo que supone una disminución con respecto a los 12 millones de ha anuales de los cinco años anteriores.
Incluyendo la expansión de los bosques, en términos netos, la superficie forestal mundial ha disminuido en 4,7 millones de ha anuales desde 2010.
Casi un tercio de la superficie terrestre del planeta está cubierta por bosques, que aportan gran cantidad de materiales, servicios, belleza estética y sustentan los medios de vida de millones de personas.
La directora general adjunta de la FAO para Clima y Recursos Naturales, María Helena Semedo, ha subrayado que los bosques son “parte importante” de la vida y pueden verse en los alimentos, en el mobiliario doméstico y se siente en forma de aire más limpio por su presencia, por lo que ha alentado a los países a esforzarse más y a colaborar en todos los sectores forestales y agrícolas para frenar más rápidamente la deforestación.
“Es muy gratificante saber que cada vez más zonas forestales están sujetas a planes de ordenación a largo plazo, que son esenciales para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 15″, ha añadido.
En cuanto a la gestión forestal sostenible, un objetivo incluido en el ODS 15 que hace un llamamiento para proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, el informe de la FAO señala que en la actualidad un total de 2.050 millones de hectáreas de bosques de todo el mundo están sujetas a planes de ordenación.
“La Evaluación de los recursos forestales mundiales ofrece una visión integral de los bosques del mundo y es una herramienta fundamental para la formulación de políticas, prácticas e inversiones adecuadas”, ha indicado la directora de la División de Políticas y Recursos Forestales, Mette Wilkie.
Asimismo, Wilkie ha elogiado la “extraordinaria” colaboración entre la Organización de la ONU y una red mundial de más de 700 expertos que de forma conjunta, armonizaron métodos y analizaron más de 60 factores en 236 países y territorios para elaborar el informe.
La FAO defiende que una mejora detectada en la nueva evaluación de 2020 es que la superficie forestal en zonas protegidas ha aumentado a nivel mundial en 191 millones de hectáreas desde 1990 y ahora el 18 por ciento de los bosques del mundo se encuentran dentro de zonas con protección. América del Sur es la región con la mayor proporción de éstas.
Esta conclusión supone que en materia de bosques a nivel mundial se ha cumplido con la Meta de Biodiversidad de Aichi, que pretendía proteger al menos el 17 por ciento de la superficie terrestre para 2020 se ha “cumplido y superado”, según ha confirmado el coordinador del informe, el Oficial Superior Forestal de la FAO Anssi Pekkarinen.
Otros de los datos que reflejan el estado mundial de los bosques según la FAO es que en la última década la superficie forestal aumentó en Asia, Oceanía y Europa, mientras que la tasa más alta de pérdidas netas de bosques se registró en África, seguida de América del Sur.
En la actualidad, los bosques primarios representan cerca de 1.110 millones de hectáreas y alrededor del 30 por ciento de todos los bosques se utiliza mayormente para la producción de productos forestales madereros y no madereros.
Asimismo, el estudio hace hincapié también en que la proporción de bosques destinados principalmente a la protección del suelo y el agua está aumentando. Por otro lado, el 93 por ciento de las zonas forestales son bosques de regeneración natural, mientras que el 7 por ciento restante está plantado.
Finalmente, apunta que en la actualidad las existencias totales de carbono forestal están bajando, al reducirse la superficie de los bosques, aunque la densidad de estas existencias ha aumentado ligeramente en las últimas tres décadas.