El sargazo marca un registro histórico en el Atlántico y se convierte en una amenaza ambiental sin control

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El sargazo alcanzó un nuevo récord en 2025, con 31 millones de toneladas métricas flotando en el Atlántico, según el sistema de monitoreo SaWS de la Universidad del Sur de Florida. La cifra supera en un 40 % al pico anterior registrado en 2022, por lo que podría volverse una amenaza ambiental.

El fenómeno se extiende desde las costas africanas hasta el Golfo de México, afectando seriamente al Caribe y la Florida, según imágenes satelitales difundidas por el NOAA y la USF.

Esta macroalga marina genera impactos económicos, ambientales y sanitarios, dañando la biodiversidad costera y afectando al turismo, una de las principales fuentes de ingreso de la región.

Los científicos advierten que el crecimiento del sargazo responde a múltiples factores, como el cambio climático, el uso excesivo de fertilizantes y el vertido de nutrientes por ríos como el Amazonas y el Misisipi.

El sargazo puede convertirse en una amenaza ambiental para las costas de América del Norte. Foto: Xplora Rivera.
El sargazo puede convertirse en una amenaza ambiental para las costas de América del Norte. Foto: Xplora Rivera.

Playas invadidas, salud en riesgo y turismo en jaque

La costa este de Florida ya reporta grandes acumulaciones en zonas como Miami Beach y Key Biscayne, mientras que en México, autoridades desplegaron barreras en Quintana Roo para frenar su llegada.

En Barbados, Guadalupe y Dominica, el alga ya provocó la caída de reservas hoteleras, según asociaciones turísticas locales.

Al descomponerse, el sargazo libera gases tóxicos como sulfuro de hidrógeno, que puede provocar irritación, náuseas y problemas respiratorios. También afecta arrecifes y praderas marinas al bloquear la luz solar y reducir el oxígeno en el agua, convirtiéndose en una amenaza ambiental.

El uso de maquinaria pesada para su retiro genera además daños colaterales sobre la fauna costera y la estructura de las playas.

Investigaciones y soluciones en desarrollo

Ante la magnitud del problema, se exploran posibles usos industriales del sargazo, como biocombustibles, materiales de construcción y filtros de agua. Sin embargo, su capacidad para absorber metales pesados plantea retos sanitarios.

Algunos proyectos piloto analizan el hundimiento controlado del alga para capturar carbono, aunque se requiere evaluación ambiental para evitar efectos adversos.

El pico del sargazo se espera entre junio y agosto. La Universidad del Sur de Florida continúa el monitoreo por satélite y publica alertas mensuales para que gobiernos y comunidades puedan anticiparse a su llegada.

Una vez más, el océano evidencia los efectos de un sistema desequilibrado. El sargazo no solo es una molestia estacional: es un síntoma creciente de la crisis ambiental global.

Sargazo. Foto: Ethics.
Sargazo. Foto: Ethics.

El impacto del sargazo en las costas: una amenaza ambiental

La acumulación masiva de sargazo en las costas representa un serio problema ambiental. Estas algas flotantes, al llegar a tierra firme, se descomponen rápidamente, liberando gases como el sulfuro de hidrógeno, que provocan malos olores y afectan la calidad del aire.

Además de las molestias para residentes y turistas, la descomposición del sargazo altera los ecosistemas costeros. Reduce el oxígeno en el agua, impide el paso de luz solar y daña hábitats sensibles como los arrecifes de coral y las praderas marinas.

En el plano económico, las playas cubiertas de sargazo afectan la actividad turística, principal fuente de ingresos en muchas regiones del Caribe y América Central. La limpieza constante implica grandes gastos para los gobiernos y empresas locales.

El uso de maquinaria pesada para retirarlo también genera impactos negativos, ya que puede erosionar las playas y perturbar la fauna costera. Frente a esto, expertos buscan soluciones sostenibles para gestionar el sargazo sin dañar aún más el entorno.

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