El sismo de Chile de 2010 provocó movimientos en el hielo de la Antártida

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El terremoto de 8,8 grados en la escala Richter ocurrido en Chile en marzo de 2010 provocó que las capas de hielo de la Antártida vibraran más de lo habitual, a pesar de los más de 3.000 kilómetros de distancia que existe entre ambos territorios.

 
Así lo determinó un nuevo estudio del Georgia Institute of Technology, que fue publicado en ‘Nature Geoscience’, por el cual se ha demostrado también que el suelo congelado de la Antártida es sensible a las ondas sísmicas de los terremotos lejanos.
 
Para estudiar el impacto del terremoto en la Antártida, el equipo del Georgia Tech observó los datos sísmicos de 42 estaciones en las seis horas antes y después del evento. Casi el 30% (12 de las 42 estaciones) mostró una clara evidencia de señales sísmicas de ondas de alta frecuencia en la superficie de la Antártida.
 
‘Interpretamos estos eventos como pequeños terremotos en el hielo, la mayoría de los cuales se desencadenaron durante o inmediatamente después del paso de las ondas generadas desde el sismo principal de Chile’, detalló uno de los autores, Zhigang Peng.
 
El científico aseguró que la Antártida es una zona en la que se producen micro-terremotos habitualmente. Sin embargo, existe una diferencia ‘sutil’ entre éstos y las vibraciones detectadas en el nuevo trabajo. Según ha indicado, la variación está en que los micro-terremotos responden a los eventos distantes con grietas y deformación volumétrica, mientras que los movimientos recientes sólo han respondido a la deformación volumétrica.
 
Algunos de los terremotos registrados eran ráfagas rápidas, algunas incluso inferiores a un segundo. Otros eran de larga duración, con señales de temblor de hasta 10 segundos. Esto temblores se produjeron en diversas partes del continente helado, incluidas las estaciones sísmicas a lo largo de la costa y cerca del Polo Sur.
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