Recientemente se comprobó que unos 350 elefantes murieron por el cambio climático en Botsuana. Ocurrió durante 2020 por beber de pozos de agua donde las poblaciones de algas tóxicas habían aumentado.
Los primeros cadáveres de elefantes se avistaron en el sector nororiental del delta del Okavango entre mayo y junio de ese año, pero pronto se descartó que la caza furtiva fuera la causa.
Cientos de elefantes murieron por el cambio climático: cómo ocurrió
Un análisis dirigido por el King’s College de Londres demostró que es muy probable que los animales se envenenaran de esta forma. Allí se habían desarrollado floraciones tóxicas de algas verdeazuladas, o cianobacterias, después de un año muy húmedo seguido de uno muy seco.
Davide Lomeo, estudiante de doctorado en el Departamento de Geografía del King’s College, lo confirmó en un comunicado.
“Botsuana alberga un tercio de todos los elefantes africanos. Esta mortandad sin precedentes dentro de su mayor población restante subraya las crecientes preocupaciones en torno al impacto de la sequía y el cambio climático en el delta del Okavango, uno de los ecosistemas más importantes del mundo”, señaló.
El suceso desató la preocupación mundial y ahora se sabe que murieron un total de 350 elefantes.
Las toxinas producidas por las algas que crecen en los abrevaderos fueron una de las causas sospechosas, aunque las pruebas no han sido concluyentes, en parte porque se produjo durante la pandemia de COVID-19, cuando se restringieron los movimientos y esto impidió la recolección de muestras en ese momento.
Las muertes de 25 elefantes en el vecino Zimbabue por septicemia en el mismo año habían arrojado algunas dudas sobre si las toxinas de las algas fueron la razón de las muertes en Botsuana.
Sin embargo, en un artículo publicado en la revista Science of The Total Environment, el equipo indicó que su análisis prácticamente confirma que las algas tóxicas son la causa.
La ayuda de los datos satelitales
Combinando datos satelitales y análisis espaciales, el equipo examinó la relación entre unos 3000 abrevaderos y las ubicaciones de los elefantes muertos.
El estudio reveló que los pozos de agua cerca de los cadáveres mostraban niveles elevados de algas y repetidos eventos de floración en 2020 en comparación con años anteriores. Particularmente durante el período asociado con el evento de mortalidad masiva.
“Identificamos 20 pozos de agua cerca de cadáveres frescos que experimentaron un aumento de eventos de floración de algas en 2020 en comparación con los tres años anteriores combinados”, dijo Davide.
“Estos pozos de agua también exhibieron la biomasa de algas promedio más alta del período 2015-2023”, agregó. Después de beber, se estimó que los elefantes caminaron un promedio de 16,5 km desde los pozos de agua tóxicos y murieron dentro de las 88 horas posteriores a la exposición.
Estos hallazgos sugieren un mayor riesgo y probabilidad de presencia de toxinas de algas en estos pozos de agua, agregó.
El equipo cree que el cambio de un 2019 muy seco (el año más seco en décadas en la región) a un 2020 extremadamente húmedo puede haber provocado una resuspensión de cantidades significativas de sedimentos y nutrientes del suelo, lo que promovió un crecimiento de algas sin precedentes.
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