Especie marina potencialmente invasora amenaza la Antártida

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Un grupo de científicos descubrió, por primera vez, la presencia de un organismo marino en dos islas del continente blanco que podría convertirse en la primera especie invasora de la Antártida, indica una reciente investigación científica publicada en la revista Scientific Report.

Se trata del briozzo marino (Membranipora membranacea), una especie muy pequeña que vive en colonias y que se adhiere con facilidad a distintas superficies, recubriéndolas como si se tratara de una alfombra.

Conxita Ávila, autora del estudio, explica que algunos briozzos marinos pueden adherirse también a sustratos móviles como macroalgas, pedazos de madera, plástico y hasta a los cascos de los barcos.

Se cree que el briozzo llegó hasta la Antártida adherido, precisamente, a grandes algas.

“Los barcos que tiran anclas y luego las suben pueden arrancar del fondo marino pedazos de algas o estas pueden quedar atrapadas en las cadenas o en las anclas”, explica Ávila. De esa manera, el briozzo puede llegar transportado por las embarcaciones sin que los pasajeros se enteren siquiera.

La científica reconoce que es posible que este organismo haya llegado desde siempre al continente antártico empujado por las corrientes marinas, pero el problema es que la temperatura ha aumentado producto del calentamiento global y si antes el briozzo moría de frío antes de asentarse en las costas, hoy es posible que sobreviva.

Los investigadores descubrieron por primera vez a estos organismos vivos en dos islas y advierten que si estos logran reproducirse, la biodiversidad de la Antártida podría verse seriamente amenazada.

El briozzo, que tiende a crecer sobre distintas superficies, entre ellas algunas móviles, “puede reproducirse sobre otros organismos”, dice Ávila.

La científica explica que los organismos que quedarían cubiertos por cientos de individuos de esta especie invasora terminarían a la larga muriendo al no tener acceso a alimentos y oxígeno.

A su vez, “eso generaría un impacto en cadena”, agrega Ávila, debido a que las demás especies que dependen de los organismos ‘ahogados’ por el briozzo, tanto en alimentación como en cobijo, también se verían afectados.

Hasta 8654 especies marinas habitan los mares de la Antártida, según una investigación realizada por el Centro de Investigación Dinámica de los Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL), que estudia los efectos del cambio global en los ecosistemas marinos antárticos y subantárticos.

Tras la separación de la Antártida y Sudamérica, hace unos 30 millones de años, las glaciaciones ocurridas luego de esta separación y la formación de la Corriente Circumpolar Antártica, el continente blanco quedó aislado.

“Mientras muchas especies desaparecieron, otras se adaptaron a las bajas temperaturas y algunas sobrevivieron en refugios insulares para posteriormente recolonizar la Antártida durante períodos interglaciares”, asegura la investigación del Centro Ideal.

Por eso hoy, a pesar de las extremas temperaturas, en el agua existe una rica diversidad de jardines de esponjas, corales, anémonas, algas, además de peces y mamíferos marinos. Sin embargo, señala Ávila, si el briozzo llegara a colonizar la zona, “el paisaje puede transformarse y pasar de ser un sistema muy rico a ser uno de baja biodiversidad, monopolizado por esta especie invasora”.

Ávila destaca que las medidas de limpieza de anclas y cadenas debieran instalarse para todas las embarcaciones como una práctica tan regular como la de limpiar las botas con desinfectante, aunque asegura que “la real solución es detener el calentamiento global lo antes posible”.

La científica advierte la urgencia de hacer monitoreos de estas especies que si bien aún no han comenzado a colonizar, por primera vez muestran signos de que podrían llegar a hacerlo. “Hay que hacerle un seguimiento a las algas, saber qué especies llegan, dónde llegan y vigilarlas para que no se asienten. Si lo hacen, será imposible detenerlas”, advierte.

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