Como resultado del programa de conservación, liderado por Copec junto a Fundación Kennedy en el Humedal La Chimba de Antofagasta y en Humedal El Bato de Quintero, se pudo constatar que ambos humedales urbanos lograron una importante incremento de su superficie y un aumento en la presencia de varias especies emblemáticas.
Este programa permitió que el primero aumente su superficie en 48%, mientras que el segundo en 17%, evidenciando un significativo proceso de recuperación.
Así lo demostró un reciente estudio, el que señala que en La Chimba especies como el caracol de La Chimba, el corredor de Atacama y la araña tigre plateada vieron crecer su cantidad de individuos, debido a la protección legal del lugar, junto con el desarrollo de actividades de investigación, evaluación del estado de conservación y promoción de iniciativas de responsabilidad social asociadas a la protección de humedales (anteriormente era utilizado por dejar basura).
En el caso de El Bato, destacan especies emblemáticas como: trile, paloma de alas blancas, ratón oliváceo, carpinteritos, churrete del norte, espartos, molles, bellotos del norte, canelo, batro.
Dos humedales en Chile aumentan su superficie y la presencia de especies como la araña tigre plateada
En el Humedal La Chimba, el trabajo comenzó en 2018. Ubicado en la zona norte de Antofagasta, específicamente en la Av. Edmundo Pérez Zujovic, dos importantes hitos han marcado este proceso.
Junto con la Seremi de Medio Ambiente se logró la declaración del Humedal La Chimba como Santuario de la Naturaleza y Humedal Urbano, dos figuras de protección que consolidan la conservación de este espacio. De esta forma, se convirtió en el primer humedal declarado Santuario de la Naturaleza de la Región de Antofagasta en 2020.
Tras cerca de seis años desde que se empezó a implementar este plan se elaboró un informe con los resultados del trabajo que se ha ejecutado en el lugar. Desde 2018 a la fecha, el área del humedal pasó de 5.512 m2 (o 0,55 ha) en 2021 a 7.017 m2 (o 0,70 ha) en la actualidad, mostrando una importante recuperación de lo que era su zona de cobertura original.
En relación al Humedal El Bato, gracias a los buenos resultados mostrados en Antofagasta, desde 2021 el área correspondiente al humedal ha crecido de 7 hectáreas a 8,74 hectáreas.
“Estamos orgullosos de los avances logrados en la recuperación de los humedales La Chimba y El Bato, que demuestran el impacto positivo de nuestra colaboración con la Fundación Kennedy. Estos resultados son testimonio de nuestro compromiso con la biodiversidad y la sostenibilidad”, señala Camila Valenzuela, subgerenta de Sostenibilidad de Copec.
“Esta alianza es fundamental para el trabajo de protección y conservación de humedales. Buscamos que los mayores beneficiados con cualquier trabajo que realicemos en el proyecto sea la comunidad y los ecosistemas que viven en el humedal”, establece María José Domínguez, directora ejecutiva de Fundación Kennedy.
Dos humedales en Chile aumentan su superficie y la presencia de especies emblemáticas
Gracias al minucioso trabajo en terreno, se ha observado un significativo aumento en la biodiversidad de los humedales. En 2021, se habían registrado 40 especies, pero este número ha crecido de manera notable, alcanzando 164 especies.
Por otro lado, de las 12 amenazas que se identificaron, la investigación revela que se ha podido avanzar en el control del 75% de ellas, ligadas principalmente a la presencia de fauna exótica, lo que incluye a perros domésticos, peces y conejos.
Este plan de conservación, cuidado y recuperación, ha tenido un fuerte componente comunitario a lo largo de los años, haciendo parte de la iniciativa a los vecinos y a las comunidades cercanas. Producto de esto, 11.690 personas se han implicado en las diversas actividades sobre el humedal, además de la elaboración de seis publicaciones académicas o estudios.
Gracias a este trabajo profesional, también se ha capacitado a 115 voluntarios que colaboran en el cuidado del lugar, sumado a la generación de dos herramientas para la gestión del humedal.
Finalmente, un ejemplo de la recuperación de la naturaleza en este espacio se dio a finales de agosto, cuando la Fundación Kennedy registró por primera vez en el humedal, una tagua de frente roja.
Esta ave tiene un plumaje mayoritariamente negro, pico amarillo y, como indica su nombre, tiene una distintiva mancha roja en su frente. Las taguas residen desde el Río Loa hasta la Isla Grande de Chiloé. Este ejemplar mide unos 36 centímetros aproximadamente.
Lo anterior simboliza el gran potencial de estas áreas naturales urbanas para ser re-naturalizadas, aportando a combatir la crisis de biodiversidad.
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