En Argentina, los glaciares constituyen componentes cruciales del sistema hidrológico de montaña y son reconocidos como reservas estratégicas de agua para gran parte de la diagonal árida del país. Por este motivo, conocer cuánto hielo contienen es clave para cuantificar la disponibilidad de agua actual y futura, estimar el aumento del nivel del mar y comprender mejor su respuesta a los cambios climáticos.
En un trabajo recientemente publicado, un grupo de investigadores estimó, por primera vez, el volumen de hielo de los glaciares del Monte Tronador, en Río Negro, mediante un modelo de distribución de su espesor que permitió obtener resultados con una precisión de 35 metros.
“El Monte Tronador es un estratovolcán extinto situado en los Andes de la Patagonia Norte a lo largo de la frontera entre Argentina y Chile. Sus laderas superiores albergan una de las cubiertas de hielo contiguas más extensas de la región y debido a su relativo fácil acceso, sus glaciares han sido objeto de diversos estudios por más de cuarenta años”, cuenta Valentina Zorzut, becaria doctoral del CONICET en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA, CONICET-UNCUYO-Gob. Mza), quien, en el marco de su beca, busca mejorar las estimaciones del volumen de hielo en los glaciares del país.
Desde 2013, en el marco de la Ley 26.639, el IANIGLA comenzó una serie de investigaciones en los glaciares argentinos del Monte Tronador. En 2015, en colaboración con investigadores franceses, un grupo de científicos del instituto realizó el primer mapa de velocidades superficiales para todos los cuerpos de hielo distribuidos en el cerro. Durante el otoño de 2018, investigadores del IANIGLA y del Laboratorio de Glaciología del Centro de Estudios Científicos de Valdivia, midieron el espesor del glaciar Manso. “Gracias a la gran cantidad de mediciones hechas previamente pudimos analizar la distribución de hielo en el cerro con un gran detalle”, explica Zorzut.
Hasta el momento, las únicas estimaciones para los glaciares de los Andes de Argentina y Chile habían sido realizadas con modelos numéricos elaborados a partir de inventarios de glaciares de escala global y con muy pocas mediciones para calibrar y validar los resultados obtenidos.
“El espesor de hielo en un lugar determinado de un glaciar está relacionado a la velocidad a la que este fluye y la pendiente superficial. Invirtiendo las ecuaciones que se utilizan para calcular la velocidad superficial de los glaciares es posible estimar el espesor de hielo. Gracias a los mapas de velocidad superficial de los glaciares del Monte Tronador, y a la gran cantidad de mediciones de espesor de hielo existentes para estos glaciares, realizamos un modelo de la distribución del espesor de hielo con una precisión de 35 metros”, detalla la geóloga.
Los resultados obtenidos indican que los glaciares del Monte Tronador tienen un espesor promedio de 75 metros, pero en algunos casos superan los 240 metros. En conjunto tienen un volumen de hielo de 4,8 km3.
“El volumen total estimado para los glaciares del Monte Tronador coincide con los obtenidos por estudios a escala global y sin datos de calibración para estos cuerpos. Pero la distribución del hielo, es decir donde los glaciares son más espesos y donde más delgados, es diferente. La utilización de mapas de velocidad superficial y un inventario de detalle de los glaciares del Monte Tronador, nos permitió obtener una distribución de hielo más real que los estudios basados en inventarios de glaciares a escala globales. Mejorar la comprensión de cómo se distribuye el hielo en nuestros glaciares es clave para comprender su respuesta a los cambios climáticos futuros”, concluye.