Florece el Ártico pero no es bueno

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El Ártico está floreciendo en biomasa verde, no obstante, esto no nos salvará del cambio climático como se creía con anterioridad.

Ante la creciente emergencia del cambio climático, se tenía la esperanza de que al volverse verde el Ártico, nos trajera una fuente de sumidero de carbono y con ello, llegara la capacidad planetaria de revertir el calentamiento global. No obstante, nuevas aportaciones al tema han dejado de lado estas esperanzas y apuntan que, pese a que al Ártico en efecto se está volviendo más verde, eso no nos salvará.

Con anterioridad se creía que a medida que el cambio climático avanzara hacia el Ártico, este se volviera menos hostil para el surgimiento de ecosistemas verdes. Así estos seres fotosintetizadores trabajarían para ayudar a capturar el carbono atmosférico y estabilizar el planeta. Sin embargo, un equipo de investigadores bajo el liderazgo de Jon Wang de la Universidad de California Irvine, han terminando de resquebrajar esta idea.

El factor clave: los incendios forestales

En su nuevo estudio publicado en Nature Climate Change, argumentan que esta hipotética nueva biomasa verde no fungirá como el sumidero de carbono que necesitamos para revertir el cambio climático. Y es que en el pasado cuando surgió esta idea, no se tomó en cuenta un factor de suma importancia; los incendios forestales.

Según los datos de Wang y su equipo, el carbono no se queda almacenado en las plantas por la simple razón de que gran parte de esta nueva biomasa verde, se quema durante los incendios.

“Durante los últimos 31 años, las reservas de carbono han aumentado modestamente”, dice Wang. “Lo que estimamos es que se han acumulado 430 millones de toneladas métricas de biomasa durante los últimos 31 años, pero en este dominio habría sido casi el doble si no fuera por estos incendios y cosechas que la mantienen baja”.

En búsqueda de nuevos sumideros de carbono

Para tener acceso a estos cálculos, el equipo de investigadores combinó datos de observación de dos misiones satelitales del Servicio Geológico de EEUU y la NASA. Así, modelaron la cantidad de carbono almacenado en una región de 2.8 millones de kilómetros cuadrados, que abarca Canadá y Alaska. Gracias a esto, descubrieron que la biomasa verde en efecto ha ido en aumento, pero no en la medida en que los modelos anteriores apuntaban. Esto se debe a la problemática de los modelos anteriores para considerar los incendios forestales.

“Las tasas de acumulación de carbono en esta región son más bajas de lo que han indicado estudios anteriores, y empujarán a la comunidad científica a buscar en otros lugares los principales impulsores de sumidero de carbono terrestre”, dijo Randerson, coautor del estudio. Wang agrega que el surgimiento de nuevas áreas boscosas es una buena noticia para el clima, sin embargo, es mucho menor de lo que podríamos haber esperado.

Es decir que, pese a los modelos de predicción climáticos, siempre existen variables no previstas que cambian la visión que se tenía. Las devastadoras consecuencias del calentamiento global y el cambio climático se están haciendo presentes. Son necesarias acciones contundentes en pro del planeta, quedarse de brazos cruzados no es la opción. Campañas de reforestación, esparcir consciencias verdes, así como el consumo responsable contribuyen a la reducción de emisiones de carbono.

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