Todos los años, cuando la sequía azota la India y la tierra se resquebraja, la respuesta más visible a la crisis son trenes con vagones cisterna repletos de agua, una medida a la desesperada que sigue sin atajar el problema.
El último de esos trenes llegó esta semana a la ciudad occidental de Latur cargada con 2,5 millones de litros de agua, y su presencia generó largas colas de impacientes mujeres y niños deseosos de llenar los recipientes que portaban.
Al tiempo que el tren hacía su entrada en la estación, el diario Times of India publicaba la noticia de que el gobierno indio había comunicado al Tribunal Supremo la existencia de 330 millones de afectados por una sequía que cubría ya un tercio del territorio nacional.
El experto en procesamiento de agua del Instituto Indio de Tecnología, Vinod Tare, reconoció que no se puede cambiar el clima de la India, pero sí mejorar la situación con políticas adecuadas, por lo que recriminó a las autoridades su inoperancia.